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Literatura Torcida

Grandes Momentos de la Literatura

La ley Sinde - Un artículo para la reflexión

Hola amigos. Voy de culo, como siempre, (y como todos), y la verdad es que no actualizo el blog tanto como debería. Mea culpa. Pero ocurren cosas estupefacientes en este mundo, así que mientras preparo la próxima entrada (donde abordaremos la increíble trilogía de Kid Bourbon, que empezó con la ya mentada El Libro Sin Nombre y que me he visto obligado a retomar pese a mi reticencia inicial) os dejo aquí un enlace que posiblemente muchos ya conozcais pero que me ha llamado la atención.

Trata sobre la famosa y terrorífica Ley Sinde, de la que todos hemos oído hablar y que muchos critican o defienden sin mucho conocimiento de causa. El artículo me interesa especialmente no sólo porque (a mi entender) pone el dedo en la llaga, sino porque su autor es escritor, Juan Gómez-Jurado. Escritor conocido, como veis. Vamos, que el tema le puede tocar de cerca.

En esto de la piratería, las descargas ilegales, y demás zarandajas, parece que todo gire entorno al cine y la música, pero que el mercado del libro está cambiando de forma paralela es una realidad. Que nos gustará más o menos, pero que nos afecta a todos los que vivimos del ramo, seamos libreros, seamos escritores... o editores, o distribuidores, o...

En fin, que aquí tenéis el enlace. Se puede decir más alto, o incluso a hostias, pero más claro... difícil.

A cuidarse, amigos. Nos vemos pronto con... KID BOURBON!!!

¡ViaMagna ha muerto! ¡Viva ViaMagna!

¡Hola amigos! Estos días me debatía sobre si colgar o no un post sobre los franceses y su huelga. Más que nada como alabanza, porque hay que reconocer que estos saben hacer una huelga en condiciones, poniendo en jaque al gobierno. Sin embargo, corría peligro de muerte por dispersión. Si en un blog sobre libros también acabamos hablando de política (uno de los temas más deprimentes que existen) creo que podría echar ya el cierre y beberme un vaso de cicuta.

Y el caso es que el post valía la pena ni que fuera por colgar un par de fotos cojonudas de Sarkozy, ese genio de las finanzas, la diplomacia y la libertad, amén de patrón de los caraduras.

En esas estaba esta tarde, dándole vueltas al blog y a los franceses y a la escasez de chunguez literaria, cuando he recibido un correo en el trabajo ordenando la devolución de todo el fondo de la editorial ViaMagna porque… ¡han cerrado! ¡Sí, amigos! ¡Una de nuestras editoriales favoritas, emblema de Literatura Torcida, ha pasado a mejor vida!

“¡Tengo que hablar de esto!”, me he dicho. Pero, ¿qué ocurre entonces con las fotos de Sarkozy? Pues nada, porque… ¡puedo colgarlas igualmente en este post aunque no tenga nada que ver con el tema! Es lo bonito de tener un blog: que puedes hacer todos los destrozos que quieras con tus “publicaciones” sin preocuparte por el resultado. No os riáis: este mismo razonamiento lo siguió Balzac al montar una editorial. Claro que Balzac se arruinó por ello.

En fin, mis druguitos, que entrando ya al tema, ViaMagna se ha convertido en ViaMuerta. Es una noticia triste pero es así. A lo largo de estos dos años hemos ido viendo aquí algunas de las joyas de la corona de esta editorial. Obras de arte como La Flor del Diablo no podrían haber visto la luz de no ser por ViaMagna… aunque quizá los de El Andén (que por cierto, también están desaparecidos, el panorama empieza a ser desolador) se habrían atrevido.

 

ViaMagna ha sido el equivalente editorial de un one-hit wonder discográfico estilo Frankie goes to Hollywood. Y así como de estos últimos recordamos Relax y poco más, de ViaMagna sólo recordamos un Grandes Ventas: El testamento maya, de Steve Alten. Todo lo demás ha sido un intento de replicar ese libro y ese éxito. Un intento fallido, es evidente.

El testamento maya fue un libro curioso. Yo siempre he estado convencido de que el detonante de su éxito fue la portada. Podremos reírnos de ViaMagna, pero hay que reconocer que hacían algunas portadas muy guapas. Para los amantes del thriller de acción eran portadas la hostia de atractivas. En este caso concreto, la inquietante imagen de una pirámide con ese tono verde, brillante, y el aire lunático que desprende todo el conjunto, con esa calavera, convertía la cubierta en un cebo irresistible. Y luego resultó que el libro no estaba mal. A mí me divirtió mucho, aunque lo cierto es que no me acuerdo de casi nada. Es evidente que no estamos ante una pieza genial de producción literaria, tan sólo es puro entretenimiento. Los protagonistas tienen delito: la prota es, evidentemente, atractiva y lista, tiene unas tetas increíbles, y suelta unas respuestas que molan mucho. Y escucha a Jim Morrison con los Doors, lo cual es reseñable. El prota es el hijo de un científico loco, que está igual de loco que su padre y vive en un psiquiátrico. Pero para que sea totalmente del agrado de la chica, Steve Alten le ha dotado de un físico espectacular y de una cortesía irresistible para las damas. ¡La pasión no encontrará barreras!

 

El argumento ya lo conocemos todos a estas alturas: según el calendario maya, el mundo se acabará el año 2012. Para muchos especuladores hoy en día endeudados sería un alivio que eso ocurriera. Quizá por eso tuvo tanto éxito: desde el lanzamiento de El testamento maya se disparó la producción en cadena de thrillers de ambientación precolombina. Maldita sea, aquellos meses fueron una locura. Llegaba de todo: El códice maya, La máscara maya, El Nostradamus maya (éste tiene gracia), La profecía maya… o títulos alternativos como uno que creo recordar se llamaba La profecía 2012. Durante una temporada sólo había mayas y aztecas. ¡Qué interesante nos parecía todo el asunto! Un interés que resultaba curioso, considerando que fuimos nosotros mismos quienes erradicamos del planeta casi todo resto de civilización precolombina.

Las bonitas ventas de ese título hacían presagiar una brillante carrera para ViaMagna. Pero en realidad fue un desastre absoluto: la segunda parte, conocida como La resurrección maya tuvo mucho menos impacto, y empezaron a llegar packs absurdos. Por ejemplo, los dos libros juntos, con una mierda de envoltorio de cartón barato que valía exactamente lo mismo que los libros por separado… que dices… ¿pa qué coño me mandas un pack? Además, asumámoslo: cuando te envían un pack con DOS libros de una TRILOGÍA, es que el tercero peligra. Mira como del Larsson no enviaron el pack hasta que estuvieron listos los tres tomos.

En fin, nunca llegó el tercer título de la trilogía maya. Publicaron otros libros de Steve Alten, uno sobre un tiburón asesino, otro sobre la guerra del petróleo, e incluso uno sobre el lago Ness donde, como ya comentamos una vez, ViaMagna acuñó un nuevo género literario, amén de mostrar un elegante repertorio de cutre-trucos publicitarios.

Pero nada funcionó. Lo que se gastaban en portadas, cartulina para packs, y drogas para largas noches de redacción de contraportadas absurdas era diez veces superior a lo que ingresaban con sus eximias ventas.

Editor de ViaMagna en una noche de mucho trabajo.

Al final, los editores… ¡parece que desaparecieron! Como lo oís. Se han dado a la fuga, los cabrones, metiendo a toda prisa en sus maletas los billetes de cinco euros que quedaban en un cajón de la editorial. Eliminaron su página web, se graduaron en discreción, y para cuando los autores que tenían contrato en vigor con la editorial quisieron darse cuenta, se habían volatilizado en el éter. Esto ocurrió a lo largo de este verano, como parecen atestiguar algunos foros de escritores y algunos blogs la hostia de interesantes. Hay que solidarizarse con los autores: con lo jodido que resulta conseguir publicar un libro, ha de ser una putada enorme que tu editor desaparezca como si jamás hubiera existido. Personalmente no conozco a ninguno, así que no sé cómo está el asunto en estos momentos (los mensajes de los foros adjuntos son de verano, y yo no me he enterado de todo esto hasta esta semana, cuando el distribuidor nos ha pedido la devolución de todo el fondo) pero desde aquí envío un mensaje de ánimo para todos estos escritores y deseo que hayan podido normalizar su situación.

Por quien sí me alegro es por la distribuidora UDL: junto con Les Punxes, es una de mis distribuidoras favoritas (sus comerciales son cojonudos, te meas de risa con sus visitas y hacen un trabajo muy honesto, odio a los que intenta colarme mierda) y cuando dejaron de llevar ViaMagna hace muchos meses, pensé: vaya putada les han hecho. Por aquel entonces aún coleaban los mayas de Steve Alten. Pero no, ha quedado claro que fue de una previsión espeluznante. ¡Bien por UDL!

 

Sin embargo, antes de dar por cerrada su aventura editorial, ViaMagna lanzó un último canto de cisne. Y fue con un libro llamado… ¡2012! Sí, era una buena forma de cerrar el círculo volviendo a los orígenes: sus primeros euros los ganaron con una profecía maya, y sus últimos, aquellos con los que pagarse un billete en Ryanair para huir del país, también.

Pero ojo, que 2012 es una novela especial. Arrastró ventas, yo creo que porque en ese momento estaba en marcha la película de mismo nombre… ¡que tampoco tiene nada que ver!

Y por cierto… ¡qué locura de película! Es uno de esos films estúpidos que disfrutas mucho más si lo visionas dentro de un cumulonimbo marihuanero. Básicamente son dos horas de huidas trepidantes en avión mientras te caen encima edificios, explotan volcanes, y todo el mundo muere. Aquello no tiene ningún sentido, hay mafiosos rusos que dicen cosas como “ensiende motor” para arrancar un coche, y aparecen niños rusos malvados con pelo de loco que al final se vuelven buenos y comparten su cachorrito con otros niños diciendo “ahora puede ser tu perita también”. ¡Y van todos a bordo de un avión que se queda sin gasolina en medio del océano pero cuando caen… caen en medio de China! Porque claro, como hay volcanes y terremotos, los continentes se están moviendo. ¡Pero tienen tanta suerte que cuando caen en China, caen justo a dos pasos de donde se están construyendo unos barcos gigantes anti-apocalipsis! Que dices, como China es pequeña, es normal que atinen tantísimo. Ni que fuera Andorra.

Bueno, la novela 2012, de Brian D’Amato, no tiene ninguna relación, pero sirvió como excusa para venderla. Sin embargo, es un libro con unos giros argumentales espectaculares, donde no sólo se va a acabar el mundo sino que envían la conciencia del protagonista al pasado para que se apodere del cuerpo de un rey maya de la antigüedad. ¿Para qué? ¿Será para impedir que haga la profecía? Pero, ¿impedir la profecía evita el fin del mundo? ¿O sólo te ahorras el saber que todo se acaba? ¡Es un argumento muy gilipollas! Y por eso a nosotros nos encanta y la saludamos como la última gran aportación de ViaMagna a la humanidad.

Estas Navidades serán muchos más tristes sin las novedades de ViaMagna.

Así que lo mínimo que les debemos es un brindis en fin de año y desear que, allá donde estén, decidan montar otra editorial y asombrar al mundo con sus descubrimientos literarios.

 

¡Descanse en paz, ViaMagna!

¿Llevas un libro gigantesco en el bolsillo o es que te alegras de verme?

Hola amigos!

Asumiendo que he fallado en mi misión de terminarme El Libro Sin Nombre (no hay huevos ni ganas para ello) ya me preguntaba si no escribiría nada en el blog hasta vete a saber cuándo… Pero siempre hay cosas por comentar, ¿a que sí? Yo tengo un par. Una me la guardo para la semana que viene, que quiero indagar un poco más, pero la segunda es una pregunta que hace meses que me ronda la cabeza. Y la pregunta es:

¿Por qué coño ahora todos los libros de bolsillo son GIGANTESCOS? Hace tiempo que vengo observando esto, (e incluso en este blog hemos hablado de ello) pero ahora que estamos en verano y llegan las nuevas campañas de bolsillo vuelve a asaltarme la curiosidad. Porque esa es la nueva moda: hacer libros de bolsillo casi más grandes que la edición en tapa dura, despojando así de todo su significado al término “bolsillo”. Porque, a menos que seas un canguro lector, o un gigante tipo Gargantúa, no se me ocurre cómo cojones vas a meterte esos libracos en un bolsillo.

No sabría decir quién empezó este nuevo formato, pero casi todas las editoriales se han apuntado a ello. Imagino que habrá oscuros pensamientos mercantiles detrás del asunto. Por ejemplo:

 

-¡Señor director! ¡Debemos hacer unos libros de bolsillo más grandes de forma que saquemos a patadas a la competencia de las mesas de novedades! ¡El futuro de nuestra empresa está en juego!

 

O quizá:

 

-¡Señor director! ¡En esta época de crisis el cliente necesita saber que se lleva algo gordo a un precio irrisorio!

-Pero, Martínez… ¡Eso disparará los gastos! ¡Tendrán que ser más caros!

-¡No no! ¡Usemos papel de water reciclado para las páginas y unas cartulinas compradas en China para las portadas, que nos las dejan a medio céntimo el millar!

 

O incluso:

-¡Señor director! ¡Los e-book están arrasando! ¡La gente está contenta de llevar en el bolso algo que no pesa una jodida tonelada y que no cabe ni a hostias!

-¡Martínez! ¡Éste es el momento de acabar de una vez por todas con el libro de papel que tantos gastos genera y que se me muere de asco toda la tirada en ese jodido almacén que tenemos perdido por ahí por Soria! ¡Hagamos libros más grandes, más caros y peores hasta que nadie los compre y se pasen todos al e-book!

 

Algo así supongo que puede haber ocurrido en bastantes editoriales. O quizá no. En todo caso, el resultado es que todo el mundo se ha liado a agigantar sus libros de bolsillo.

Random hace tiempo que se especializa en eso con los DeBolsillo Premium, llegando incluso a situaciones extremas donde el libro de bolsillo es igual de grande que la rústica (Un tipo encantador, de Marian Keyes, por ejemplo).

Planeta nunca pierde la oportunidad de sacarle los cuartos al cliente, por ejemplo, con los Booket Deluxe (no se llaman así, pero es que no me acuerdo ahora, en casa no tengo ninguno para investigar y en el curro no tengo tiempo y se me olvida). Así, La Sombra del Viento salió en bolsillo al mismo precio que la edición grande anterior: 14,50 euros. Con dos cojones. Sabiendo que tardaron unos siete años en sacarla, supongo que pensaron: vamos a hacer algo guapo. Y lo hicieron. Y la cara de la gente que fue ilusionada a buscar un libro de como mucho unos diez eurillos y se encontró ese timo, eso también fue algo guapo.

 

Ediciones B ha hecho algo parecido, pero peor. Porque si es de Ediciones B, casi seguro que será peor. Estos muchachos lo que han creado ha sido una campaña espectacular para que todo el mundo los odie siguiendo lo pasos que glosamos a continuación:

1)                          Eliminas la colección Byblos (que vale 6 euros, son libros pequeñitos, y un fondo activo muy interesante).

2)                          Lo dejas todo en formato Zeta Bolsillo (que era lo mismo pero en feo, el doble de grande y el doble de caro).

3)                          Entonces, reconviertes el formato Zeta Bolsillo meándote encima de los libros. Porque sólo la humedad puede explicar esos libros grotescamente hinchados. Antes, la saga de Ender, de Scott Card, ocupaba un palmo. Ahora, te ocupa todo el puto estante. En serio, son gordísimos, no entiendo por qué están tan hinchados. He tenido que devolver casi todas las crónicas vampíricas de Anne Rice porque ni siquiera me caben.

4)                          Para redondearlo, han traspasado al nuevo Zeta-Hinchado-Bolsillo parte del fondo, pero no necesariamente por orden. De forma que si querías leerte la saga de los Heeche de Frederick Pohl, sólo podías empezar a partir del segundo libro, ya que el primero aún no estaba hecho (ahora ya sí. Menos mal).

 

Alianza también se ha apuntado a la moda de agigantar sus libros. Con lo bonita que es su colección de bolsillo, insisten en sacar títulos en la colección 20x13, colección que, por cierto, lleva el nombre de las medidas del libro. Lo cual no deja de tener gracia. Es como si a una modelo, en vez de llamarla Claudia, la llamaran 90x60x90.

Hasta los de Punto de Lectura se han apuntado al carro. Uno podría pensar que después de experimentos peregrinos como esos libros impermeables que sacaron el año pasado, habían aprendido el arte de lo absurdo y nos habrían sorprendido este 2010 con alguna campaña estrambótica, pero no, fue flor de un día. Han vuelto a su aburridísima seriedad, según la cual consideran que no es necesario llamar a sus nuevos libros de bolsillo gigantes con ningún nombre especial. Se han limitado a hacerlos gigantes, y punto, sin explicación alguna. Y mira que tenían posibilidades: Puntazo de Lectura, Puntote de Lectura, Punto y Coma de Lectura… Por otro lado, pa la mierda de títulos que me han traído, bien se han podido ahorrar el nombre… y casi se podían haber ahorrado también la edición. Porque no sé vosotros, pero yo estoy hasta los cojones de que cada verano tenga que poner en mesa La Voz Dormida de Dulce Chacón. Yo creo que Dulce aún no había ni escrito el libro, que Alfaguara ya estaba editándolo en campañas de verano, junto con alguno de Pérez Reverte. Buenas obras, editoriales aburridas: mala combinación.

 

En fin, así está el mercado. La verdad es que es una cosa bastante molesta para el librero, porque nos pasamos la vida peleándonos para hacer hueco a unos libros y a otros, y que te vengan ahora todas las grandes editoriales en masa a ganarse ese sitio simplemente haciendo los libros más grandes, pues me parece muy cutre. No sé, quizá alguien podría intentar ganarse un sitio editando algo más interesante. Pero es sólo una idea.

En cualquier caso, para el lector es también una tocada de cojones. Supongo que algunos agradecerán que no haya una letra minúscula, pero lo cierto es que si te paras a comparar, la letra es casi igual que en estas ediciones gigantescas. O sea, que sólo te quedan las desventajas: incómodo de llevar, incómodo de leer en el metro, y más caro de lo que debería. Y de lo que posiblemente merece. Claro que aún podía ser peor: te podrían haber timado con un e-book. Que de eso ya hablaremos también otro día.

 

Bueno, es tarde y tengo a Ender el Xenocida esperándome en la mesilla. En edición Zeta-Hinchada-Bolsillo, por supuesto. Así que con vuestro permiso…

 

Hasta la semana que viene amigos!

 

Un alibro que me ha allamado la tención

Hola amigos. Hoy no hay artículo largo que estoy de inventarios y además muy desmoralizado y deprimido y pensando en echar un currículum en un banco, o una pizzeria, o enrolarme en la marina mercante. Pero es que me ha llegado un libro de unas de mis editoriales favoritas y no podía dejar de compartirlo con vosotros. Se trata de la edición en bolsillo de una novela de Peter Berling llamada "La noche de iesi" (lo pongo en minúscula, pa que nadie confunda la primera "i" con una "ele").

Dejando de lado lo desafortunado del título en castellano (mismamente podría tratarse de las vivencias de una julandrona de discoteca de polígono) lo que me ha llamado la atención ha sido la pequeña biografía de Peter Berling en la solapa del librito. Biografía en la que leemos esto:

"Peter Berling es conocido por ser autor de la apentalogía Los Hijos del Grial".

Primero me he reído a carcajadas.

Luego me he dicho: tú te ríes, pero lo mismo es una voz culta para decir "pentalogía"...

...así que lo he buscado en el diccionario de la RAE...

...pero no aparece.

Lo cual explica el título de este post.

Por cierto, ¿sabéis qué editorial es?

Claro. Ediciones B.

Hasta pronto amigos!

Estas Navidades... regala SUSAETA!!!

 

Hola amigos! El otro día andaba yo dubitativo por mi librería. Me miraba un par de títulos infames que me han llegado, preguntándome si la cosa daría para un post de final de año… y ya empezaba a temerme otra larga temporada sin actualizar cuando de repente apareció ante mi el que posiblemente sea el Libro Más Feo editado este moribundo 2009.

Es uno de esos “busca-busca” (así los llamamos en mi tierra) del palo “¿Dónde está Wally?”, que tanto gustan a los niños. Solo que, si habitualmente estos libros buscan potenciar el ingenio del chaval que se remira las páginas, el título del que os hablo lo que pretende más bien es provocar locura y demencia en las tiernas mentes de los infantes que tengan la mala, malísima suerte, de que se lo regalen sus padres para Reyes.

Porque sí: todavía hay padres que regalan libros a sus hijos.

El problema es que entre estos, siempre hay alguno reticente y desconfiado, que cree que eso de gastarse dinero en libros es una anormalidad y que lo que los críos necesitan desde los cinco años es una Wii. Claro, ante la guerra de precios, siempre gana la consola. Y entonces, esos padres van y compran el libro más barato que encuentren.

Que generalmente, es de SUSAETA.

Nunca antes he hablado aquí de esta editorial no porque no lo merezca, (que lo merece incluso mucho más que otras a las que vilipendiamos tranquilamente en este blog), sino porque suelo centrarme en lo que es mi “especialidad”, que es la narrativa de adultos. Pero todos los que amamos la chunguez literaria hemos de sacarnos el sombrero ante el trabajo diario de los muchachos de Susaeta.

 

Susaeta es la típica editorial que tiene más años que la imprenta y que sobrevive gracias al nombre. Y se caracteriza por editar cualquier cosa que les cae entre manos y venderlo a precios de tienda de los chinos.

Y la verdad es que el acabado final de sus productos es de tienda de los chinos.

A veces estás por la sección de librería infantil y coges un libro de pop-up sobre, digamos, piratas, y dices: ostia, está guapo. Tiene solapitas, sobres interiores, las ilustraciones están curradas. Y entonces miras a ver qué editorial es, y ves SUSAETA y te dices: parece que están mejorando.

Pero sólo es un espejismo: a la que buscas un poco más en las cubetas de novedades por colocar, siempre acaba saliendo una nueva MIERDA. Que puede ser desde un cuadernillo para pintar que en su portada tiene una imitación cutre de alguna princesa Disney o del Pato Donald (tal que si lo compráramos… de nuevo… en una tienda de los chinos) a lo que os traigo hoy.

 

El libro en cuestión se llama “BUSCA – Magos y Seres Mitológicos” (en catalán, és a dir, Mags i Èssers Mitològics). La portada era demasiado grande como para poder escanearla y colgarla aquí entera, así que os la tendré que describir. Será fácil: digamos que es una portada muy acertada que glosa de forma brillante las mejores cualidades de esta editorial. Esto es:

1)       SENTIDO DE LA PERSPECTIVA INEXISTENTE

2)       DIBUJOS FEOS Y MAL HECHOS.

3)       USO MASIVO Y TOTALMENTE ALEATORIO DEL PHOTOSHOP.

4)       GRAVES LAGUNAS EN ANATOMÍA HUMANA

5)       HORROR VACUII

 

Y quien dice portada, dice el libro entero. Veámoslo:

 

1)       SENTIDO DE LA PERSPECTIVA INEXISTENTE

 

Lo primero que nota uno al mirar la portada es que algo está mal. Algo está muy mal y no acabas de saber qué es. Y al final resulta que no lo veías porque era TAN EVIDENTE que ni lo creías posible. Y es que no hay perspectiva alguna. O mejor dicho: hay una perspectiva, pero está totalmente jodida. Así las cosas, tenemos como figura principal una especie de mago Merlín muy mal dibujado que mira con cara de mala hostia un caldero del que sale… ¡un Dragón! Y no es una cría de dragón: es un supuesto dragón muy fiero, solo que tiene el tamaño de un perro mediano. Sabemos que es fiero porque el muy hijoputa le escupe fuego a un ent-imitación que quiere parecerse a los del Señor de los Anillos pero sin tener que pagar derechos de autor. Alrededor de estas tres figuras se despliega entonces un abanico de personajes colocados de forma aleatoria sobre un escenario pobrísimo. Y aquí es donde empieza la orgía de la perspectiva. Las figuras no guardan ninguna relación de tamaño: las de atrás pueden ser mucho más grandes y las de “delante” enanísimas. O pueden estar exactamente a la misma altura y no guardar relación de tamaño. O sea, no es que les cueste trabajar con tres dimensiones espaciales: es que ellos trabajan con miles de dimensiones espaciales al mismo tiempo.

 

 

2)       DIBUJOS FEOS Y MAL HECHOS

 

Aparte de sus erratas de tamaño y posición, la composición gráfica del libro es un amasijo de arte psicodélico y demencial que combina las texturas de la peor forma posible. Por ejemplo, un centauro dibujado a mano de forma cutrísima que en la mano lleva una pata de cerdo para jalar que NO está dibujada, sino que es una fotografía de una pierna cruda de cerdo de verdad. Reducida hasta ajustarse al puño del centauro. Pa cagarse. A lo mejor es que así se ahorraban el tener que dibujarla. Esto va directamente ligado con el punto 3, donde veréis las imágenes.

 

3)       USO MASIVO DEL PHOTOSHOP

 

Si por algo destacan los “Busca-Busca” de Susaeta es por el uso indiscriminado del Photoshop, sin rubor ni delicadeza. Ni sentido alguno. Como si les hubieran encargado el libro el día antes y hubieran vertido imágenes a lo loco sin mirar siquiera cómo quedaban.

Como el libro iba de seres mitológicos, decidieron escoger criaturas inolvidables como el Leviatán (que aquí es una especie de culebra de treinta metros que devora barcos) o el lobo Fenrir (que parece que esté electrocutándose). Y como el libro también iba de Magos, pero sólo tenían al mago Merlín… pues para acabar el libro ponen a Houdini y ale, a tomar por culo. Era un mago también, ¿no?

Pero claro, las criaturas de relleno del libro también debían ser mitológicas. Y puestos a hacerlo bien… ¿por qué no reivindicar a aquellas criaturas sobrenaturales que la historia tan injustamente ha hecho caer en el olvido? Señoras y señores, con ustedes, los olvidados del Panteón mitológico:

EL ERIZOGATO:

¿Es un jilguero? ¿Es un murciélago? ¡No! Es el JILGUERIÉLAGO:

 

EL PERROPAPAGAYO:

EL ZORROCONEJO:

EL CABRALLO:

¡Viva el sexo interracial!

 

EL AGUILOPATO:

Buscando a su próxima presa desde las alturas…

 

EL GORRINOCIERVO:

Nótese el niño que parece que le introduzca el puño por el culo en un despiadado acto de fist-fucking zoofílico.

 

LA ARDILLAPOLLO:

 

EL LOROPOLLO:

A destacar los pies de un niño volador que aparecen por detrás del Loropollo como muestra de lo explicado en los puntos 1 y 2.

 

Y para terminar, mis dos favoritos:

EL PATOJIRAFA:

EL GATOMONO:

¡Qué sutilidad en la combinación de texturas!, ¡qué disimulado el montaje! Un fake bien hecho que nos hace soñar con tiempos mejores y más bellos en los que criaturas como el Gatomono o el Gorrinociervo peleaban contra Quimeras, Esfinges y Mantícoras por el control de las llanuras de Persia…

No nos riamos de estas mezclas. Plinio el Viejo hizo en su día lo mismo que Susaeta en este libro y ahora se le considera un clásico y es lectura obligatoria en la universidad.

 

4)       GRAVES LAGUNAS EN ANATOMÍA HUMANA

Otra de las características de las ilustraciones de Susaeta es que, al final, siempre aparece algún ser humano contrahecho. Lo cual es de aplaudir. Porque hay que ser tolerante con todo el mundo. Digámoslo bien alto: ¡¡¡la gente con las extremidades al revés también tiene derechos!!!:

Posiblemente la cara de culo que lleva Teseo en esta ilustración se deba al imposible ángulo que forma su maltrecho codo al agarrar la pared. O quizá será por el hecho de que una gallina (¿?) le ataque en medio del Laberinto del Minotauro.

Otro ejemplo lo tenemos en el capítulo de Quetzalcoatl (al que dibujan con el mismo cuerpo de culebra que el Leviatán, pero le hacen flotar en el aire con unas plumas en la cabeza) donde vemos lo siguiente:

Por mucho que mire la imagen aún no tengo claro lo que estoy viendo. Puede ser:

1)       Un indígena haciéndole una mamada a un guepardo.

2)       Un indígena inflando un globito con forma de guepardo.

3)       Un soplapollas.

Y a destacar:

a) La textura del fondo en contraposición con el guepardo dibujado y la fotografía de un mexicano bigotudo de perfil.

b) El antebrazo derecho, que debe ser de goma por cómo se dobla…

c) El brazo izquierdo, que es mucho más largo.

d) El brazo izquierdo, que está al revés.

e) El brazo izquierdo, que lleva un reloj Casio.

 

5)       HORROR VACUII

Se juntan aquí el hambre y las ganas de comer. Por un lado, los que amamos a Susaeta ya conocemos su pasión por el relleno inútil en cualquier dibujo. En esta editorial son como miniaturistas medievales, temerosos de que quede un solo espacio en blanco y sin rellenar, y si lo que ponen ahí no tiene ningún sentido, da igual. Al menos ya está lleno.

Claro, si lo que estamos editando es un busca-busca… pues joder, ¡si es que es la excusa perfecta! “Uy, aquí voy a tener que rellenar que si no es muy fácil pa los críos…”

Y así, queridos amigos, encontramos cosas como…

1) Un Kalashnikov ruso en un castillo medieval (la excusa es “busca armas que no son de este periodo”)

2) Cientos de gallinas en el laberinto del minotauro.

3) Un toro en el laberinto del minotauro. No. Paraos a pensarlo. El laberinto del MINOTAURO. Es un jodido bicho mitológico. ¿Qué cojones hace ahí escondido un toro de Osborne? ¿Qué era? ¿Su perro?

4) Enanos noruegos que han ido cogiendo de Internet, con diferente trazo, dibujo e incluso definición y pixelazo, echados sobre el fondo como si los hubieran escupido ahí y que parecen enanos… o duendes… o trasgos… u orcos… o teletubbies…

 

Pero lo que realmente caracteriza esta especialidad de Susaeta es el: CORTA-PEGA-INVIERTE. Coges una imagen, la pones, la vuelves a copiar, le das la vuelta, y la vuelves a poner en otro lado. Como la pierna de cerdo (que antes comentábamos) que lleva un centauro… que luego sale repetida tres o cuatro veces en la misma página.

O como… tachán tachán…

EL ZORROCONEJO. Que, acompañado de su amigo, el AGUILOPATO, han decidido abandonar el primer capítulo del libro para explorar el resto del mundo.

En fin amigos. Ya veis que la chunguez no tiene límites. Y gracias a ello, nuestra diversión tampoco.

Sólo por eso vale la pena comprarse el libro. Os animo a todos a que colaboréis estas Navidades regalándole este libro a vuestros hijos, sobrinos o parientes cercanos. Así ellos serán felices. Coño, todo el mundo será feliz. Los Reyes Magos siempre quisieron llevar en su camello un libro de Susaeta para el niño Jesús.

Que ahora que lo pienso… ¿a que el mundo sería hoy un lugar muy diferente si a Jesucristo le hubieran regalado de niño un libro de Susaeta?

Os dejo con este pensamiento navideño.

Y por supuesto, deseandoos (ya que dudo que nos veamos antes del 2010) un feliz colofón para este año y, sobretodo, que el que viene, sea mejor o peor, os traiga todas las risas que os han faltado.

A cuidarse amigos!

 

MISCELANEA MORTAL (I)

(Dedicado a Anna C., que ha abandonado, con muy buen criterio, el barco de nuestra librería para conseguir una vida mejor. Qué bien te lo has montado, tía!!)

Hola amigos. Sin comentarios sobre las actualizaciones... no vayamos a salir a ostias.

 

Bueno, cómo está el mercado del libro!! La verdad es que empecé un par de artículos diferentes para el blog pero ahí se han quedado, muertos y sin energía. Porque acontecen cosas extrañas, pero ninguna con tanto eco como para dedicarle un artículo entero (al menos, en este blog, que como ya sabéis, ocupamos esencialmente con gilipolleces)

Así que ahí tenéis una primera entrega de esta MISCELANEA MORTAL, equivalente a los "breves" de los periódicos, que utilizaré para periodos N.A.D.E.  (Nula Actividad Descojonante Editorial) o para esta campaña de texto que ya empieza, provocándome el deseo de beberme un porrón de cicuta.

 

1) VUELVE SAM BOURNE: Y eso siempre es una buena noticia para nosotros. No en vano, su opus magna Los 36 Hombres Justos nos dejó un reguero de cálidos momentos, como aquel en que los judíos ultraortodoxos le pegan una paliza al prota sin ningún motivo, etc. Aunque en realidad, a estas alturas debería incluso molestarnos que alguien VUELVA a publicar una novela en cuya sinopsis encontramos clásicos como "asombroso hallazgo", "puede cambiar el rumbo de" o "una intrépida reportera". Además, esta nueva novela, llamada El Testamento Final (CHAN CHAN), cuenta con un bonito doblete de críticas entrecomilladas que no significan absolutamente nada. Porque, según el Daily Express, "SB combina con éxito las enseñanzas más antiguas con las maneras propias del siglo XXI". ¿Qué cojones ha querido decir con eso? ¿Que escribió con pluma de ganso datos obtenidos en la Wikipedia? ¿Que ponía pergamino en la impresora?

Según el Observer, en cambio, "El Testamento Final está escrito con confianza y buen gusto". ¿Por qué buen gusto? ¿No dicen tacos? ¿Son todos de casa bien? ¿Acaso no hay chistes de pedos? Porque entonces, no sé si quiero leerla...

 

2) YO TAMBIÉN QUIERO SER STIEG LARSSON: Está claro que, para convertirte en un autor de éxito, lo mejor que te puede pasar es morirte. Que se lo digan al pobre Larsson, que tiene que aguantar que usen su puto nombre en TODAS las fajitas publicitarias de novela negra que salen ahora. Porque la novela negra escandinava se ha puesto de moda, desplazando por fin a los mayas, sí. Y así las cosas, encontramos divertidas fajitas como las de la edición catalana de Roseanne y El Hombre que se Esfumó (novelas de dos de los padres de la novela policíaca sueca, unos tales Maj Swojall y Per Wahloo), en las cuales reza "Los autores que inspiraron a STIEG LARSSON" (STIEG LARSSON en tamaño gigante, y los nombres de los autores en pequeñito, en la parte de arriba del libro, que ya van 3 clientes que se pensaban que era la nueva de la trilogia Millenium).

Y es que yo no sé qué me divierte más, si la obsesión publicitaria con Larsson o el aparente hecho de que en los países nórdicos sólo hay chalaos, putas, drogatas, traficantes y macarras. Me voy a ir a vivir a Bergen.

De toda esta ventisca nórdica de estupefacientes y asesinatos, me quedo con AURORA BOREAL. Primero, porque el autor tiene el honor de apellidarse Larsson también. Que sólo por eso ya cae algún despistado. Y segundo porque tiene, también, el honor de llamarse ASA. Seguro que sufrió bullying en el instituto. En fin, lo que más me impactó de la fajita publicitaria de esta novela es una frase de algo (pensaba que era una persona, luego resultó ser un periódico nórdico, pero en todo caso el nombre era indescifrable, como si a un Taiwanés le das a leer El Heraldo de Aragón) donde decía “Esta novela mantuvo despierto a Stieg Larsson toda una noche”. Semejante afirmación me planteó muchísimos interrogantes. En primer lugar, porque también con una mujer (hablo como hombre heterosexual) te puedes pasar la noche despierto sin que tengas que ponerlo como publicidad en una fajita de plástico. En segundo lugar, porque esto ya parece el Gran Hermano Edición Larsson: vea su vida, no le deje respirar, que no pueda ni cagar solito y en paz. Coño, aún resultará que Larsson murió al no dormir toda una puta noche por culpa de la condenada novela. Y ahora que lo pienso… eso sería el no-va-más del best-seller, ¿verdad? Ponerse un nombre noruego acabado en Larsson y escribir un thriller sobre un libro muy chungo que se leyó Stieg Larsson antes de palmar. Joder, los publicistas se volverían locos. En la fajita pondrían algo así:

 

            “Hakoon Larsson ha escrito un escalofriante thriller basado en los últimos días de STIEG LARSSON y el misterio que rodea su muerte tras la lectura de un libro de Asa Larsson” The Stockholm Sunday Review

 

            “Puro Larsson” The Reijkavik Evening Telegraph

 

            Y si ya se hace una foto con la camiseta del Barça de Henrik Larsson, arrasa en Sant Jordi.

 

3) ESCRITORESUNIDOS: Así, todo junto, que mola mucho. Quien más quien menos estará ya enterado de todo el jaleo que han montado estos escritores españoles. Básicamente quieren saber cuánto han vendido de verdad… no sea que les estén jodiendo parte del sueldo. Por lo que se lee en la prensa, parece que los editores están que trinan. Algunas declaraciones han sido de una bellísima factura, como las de Ricardo Cavallero (de Random House) que, al enterarse del nombre de algunos de los promotores de esta iniciativa, soltó “Javier y Calvo son míos”. Como si Gollum trabajara en una gran editorial. Sí, mi tesoro. Sólo míos.

Desconozco si detrás de esta iniciativa hay sentido común o desconfianza injustificada de los escritores, como afirman las editoriales. Lo desconozco porque no soy escritor y por tanto mis conocimientos del tema siempre vienen por terceros. Por un lado te diría que… ¿qué coño va a decir una editorial? Obviamente, que esta gente está chalada y que ellos son honestísimos. Quizá lo sean. Pero seamos sinceros: ¿a cuánta gente honesta conoces? O mejor… ¿a cuánta gente honesta del sector empresarial conoces?

Por otro lado, el argumentario de Escritores Unidos no me parece ninguna locura. De hecho lo que me parece flipante es que un escritor no sepa cuantos putos ejemplares de su libro ha vendido. Claro que en España eso debe ser chunguísimo, porque ni yo mismo sé qué diablos tengo en mi librería. En serio. A veces abro un cajón de mi mostrador y encuentro ahí una novela absurda y me pregunto: ¿cómo ha llegado esto aquí? ¿Lo puse yo? ¿¿Por qué?? Pensadlo bien: almacén de editorial, almacén de distribuidor, almacén de librería, libro que se vende, libro que se devuelve a la librería, alguno te lo quedas, otro vuelve al distribuidor, otro se convierte en pasta de papel, otro lo manga un gilipollas… Es decir, solo DIOS sabe lo que has vendido. Y a lo mejor ni él. Me veo a Cristo peleándose con un Excel y mascullando “Me cago en Ken Follett”.

Yo, como no pinto nada, me puedo permitir el lujo de ser parcial y afiliarme al bando de los escritores con un total desconocimiento del asunto. Posiblemente por lo bien que me cae Antonia Corrales. En fin, ahí tenéis el enlace de su sitio en www.escritoresunidos.com

Juzgad vosotros mismos.

 

Pues nada, eso es todo por hoy. Espero no tardar tanto la próxima vez. Sé que me he colgado muchísimo, pero a estas alturas ya deberíais conocer mi informalidad.

 

A cuidarse amigos!

 

La dificultad de explicar la trama de tu novela sin parecer un capullo

Hola amigos. Los que ya habéis pasado alguna vez por aquí sabéis de la atracción que ejercen sobre mí las sinopsis de algunas novelas. Efectivamente, hay pocas cosas que me alegren tanto el día como darle la vuelta a un libro desconocido y encontrarme con una contraportada hecha con los pies. Sin embargo, recientemente me he visto en la tesitura de tener que escribir dos sinopsis y… ¡no es tan fácil!

Yo creo que la dificultad de escribir una sinopsis radica en que la mayoría de las tramas de la literatura, pretérita y contemporánea, son una mierda. En serio. No hay por donde cogerlas. Así que no debe ser fácil pillar una de esas tramas y darle cuerpo a un texto que pueda ir en la contraportada del libro, que tenga gancho, que no sea una fantasmada, etc. En la misma línea de pensamiento, he llegado a la conclusión de que un buen escritor es aquel que tiene en sus manos la misma mierda de trama que todos los demás, pero saca de ella una novela que no parece una gilipollez.

Y no es fácil.

Pongamos algunos ejemplos de obras clave en la literatura universal cuyas tramas son de esas que si te las contaran, tomarías la sana decisión de NO LEERLAS JAMÁS.

 

·                          En el camino (Jack Kerouak): Un tipo, posiblemente bisexual, va en coche por Norteamérica. Luego deja el coche. Luego roba otro. Más tarde hace autostop. Después se monta en un camión rumbo a México. Luego vuelve. Más adelante sigue haciendo autostop. Al final decide que ya está bien y se queda parao mientras los demás se drogan.

·                          Crimen y castigo (Fedor Dostoievski): Un hombre un poco extraño decide robarle a una vieja. Y la mata sin querer. Entonces se vuelve loco y va por Rusia delirando, totalmente chalado, hasta que lo pillan. Luego se enamora de una puritana.

·                          El Gólem (Gustav Meyrink): Un señor vive en un sucio cuchitril observado por un judío siniestro. Entonces se vuelve loco éste también y va por Praga pegando gritos y escondiéndose en las alcantarillas. Al final resulta que se volvió loco porque se puso un sombrero que encontró por la calle.

·                          La Colmena (Camilo José Cela): Un grupo de gente está en un bar. Y no ocurre nada.

·                          El señor de las Moscas (William Golding): Unos críos naufragan en una isla. Los niños del coro (¡!) ejercen de líderes naturales. Entonces se ponen a matarse unos a otros.

·                          El señor de los Anillos (J.R.R. Tolkien): Unos enanitos con los pies peludos llamados Hobbits encuentran un anillo mágico creado por el Señor Oscuro en un volcán y los Sabios del mundo deciden que lo mejor es enviar al enanito solo al reino de ese Señor Oscuro para que tire el anillo al volcán, sin que se dé cuenta. Entretanto, hombres altos, rubios y de ojos azules masacran a gente deforme y contrahecha, sureños y orientales, y a todo el mundo le parece perfecto.

·                          El amor en los tiempos del cólera (Gabriel García Márquez): Un tipo está enamorado de una mujer, pero ella se casa con otro antes de que él espabile, así que se pasa toda su vida tirándose al resto de población femenina del país. Cuando ya ambos tienen más de ochenta años, ella enviuda, él ataca, y se van los dos en barco por ahí, poniéndose lavativas.

·                          Guerra y paz (León Tolstoi): Muchos rusos van de fiesta en fiesta hasta que estalla la guerra, algunos mueren, otros no, siguen de fiesta en otros lugares no arrasados, y al final no ocurre gran cosa.

·                          El Péndulo de Foucault (Umberto Eco): Unos frikis se inventan una secta que al final resulta ser medio verdad para otros frikis, todo es muy complejo, y al final algunos mueren en medio de palabras incomprensibles.

·                          El corazón de las tinieblas (Joseph Conrad): Un hombre va en barco por el Congo. Allí se encuentra a un mítico cazador de marfil que se ha vuelto loco y se muere rápido. El prota queda muy afectado y luego vuelve a su país y le cuenta la historia a sus amigos, pero a nadie parece interesarle mucho.

 

¿Acaso no son éstas grandes novelas? ¿Clásicos indispensables? ¿O, como mínimo, buenas novelas? A mí, por lo menos, siempre me lo han parecido (salvo La Colmena, cuyos personajes son fascinantes pero con la que reconozco me aburrí como una ostra). Lo que quiero decir con esto es que nadie se libra de tener una trama de mierda para su novela. Lo importante es el uso que hagas de ella. Por supuesto, hay tramas que pintan interesantes (me viene a la cabeza la trama de Verónika decide morir, que me parece genial, aunque Paulo Coelho me parezca un capullo), no digo yo que no, pero en líneas generales sigo pensando lo mismo.

Y es que, según cómo, una trama puede ser un lastre. Y no estoy hablando de escribir (los hay que tejen alrededor de una trama, y los hay que tejen, a secas, y luego encuentran la trama escondida) sino de vender tu novela a una editorial.

Pongamos una situación de ejemplo:

Has quedado con tu agente literario para un almuerzo de trabajo donde le hablarás de tu nuevo proyecto. Y dices esto:

 

“Pues sí, mi nueva novela va de unos amigos de cuarenta años que se van a cazar a un bosque nevado y entonces bajan unos OVNIS que lo invaden todo. Y está muy bien, porque a los aliens que salen de las naves, les explota la cabeza de vez en cuando, y van soltando unas esporas. Y si inhalas esas esporas, te crece un alienígena dentro del culo que se abre paso a dentelladas. Como en la peli Alien. Pero por el culo. ¿No? Total, que de esos amigos, dos mueren, y los otros dos se van a buscar a otro amigo subnormal de cuando eran niños, porque aparte de subnormal era telépata, ah, se me olvidaba, esto es importante porque todos los que tienen un alienígena dentro del culo también se vuelven telépatas. Total, que al final hay una trepidante persecución por carretera donde van los amigos, el alienígena, y un militar loco que en vez de radares usa a soldados con un alien en el culo. Al final, se lían a tiros, la mayoría muere y el mundo se salva de la destrucción…”

 

Si eres un escritor normal, para cuando vuelvas del aseo tu agente habrá desaparecido sin pagar los cafés, su móvil estará apagado por siempre jamás, y tu carrera habrá terminado.

En cambio, si te llamas Stephen King, podrás publicar esta trama delirante con el título de “El cazador de sueños”, vender los derechos cinematográficos, y encima escribir una de tus mejores novelas. Porque si eres Stephen King (o García Márquez, o Eco, o…), puedes hacer lo que te salga de los huevos.

 

Moraleja: si no lo eres… ándate con ojo cuando le expliques alegremente a alguien la trama de tu novela.

Y sobretodo, nunca, nunca, te rías de las sinopsis de otros. O bueno, ríete. Pero sin maldad. Que ya ves que no es fácil.

 

A cuidarse amigos.

 

Actitudes ante la Crisis: Terrorismo Literario

Hola amigos. Sé que soy un gandul con esto del blog, y más que lo voy a ser (sobretodo por un interesantísimo viaje que me tiene y tendrá ocupada la mente todo el mes…), así que miremos todos hacia otro lado y finjamos que nada ha ocurrido.

Por todos los medios he intentado evadir el tema estrella desde hace meses: la CRISIS (música de Psicosis). Porque, a fin de cuentas… ¿qué tendrá que ver la puñetera crisis con la literatura? Uno diría que nada, pero…

…pero hay formas y formas de afrontarla.

El discurso oficial y sensato nos dice que “hay que apretarse el cinturón”, que “hemos de poner todos de nuestra parte”. Nuestros jefes nos mentalizan de que “estamos todos en el mismo barco” y que los recortes de sueldo en realidad son una medida para evitar “despidos que afectarían a mucha gente”.

Así que lo oficial y sensato es que asintamos con la cabeza, pongamos gesto adusto y digamos: “bueno, qué mala suerte, habrá que aguantar”. Pero yo me pregunto, en medio de tanta austeridad y tanta crisis y tantas preocupaciones… ¿por qué no reírnos un poco y de paso tocarle los cojones a la gente?

Hay dos cosas que le amargan el día a un librero:

1)       Los clientes imbéciles.

2)       Los jefes ejecutivos despreciables, jode-sueldos y destructores de fondo literario, que nos amargan desde sus lejanas oficinas.

Y es nuestro deber, como trabajadores cabales del mundillo de la distribución literaria, sembrar el caos y la confusión entre lectores y ejecutivos. Por ello proponemos la puesta en marcha inmediata del TERRORISMO LITERARIO.

 

TERRORISMO LITERARIO

DEFINICIÓN: Dícese de aquellas actuaciones de un librero y/o amigo recomendador de libros encaminadas a:

a)       Amargarle la lectura al destinatario de la recomendación.

b)       Provocar eventualmente un terremoto en la mente de un lector convencional no-arriesgado.

c)       Estimular el auto-criterio de los adolescentes.

d)       Conseguir quejas y reclamaciones oficiales de clientes furibundos que estorben a nuestros jefes.

 

Es de recibo reconocerle a mi amigo y compañero Joan el mérito de haber sembrado el germen del Terrorismo Literario en nuestros corazones. La cosa vino porque una clienta nos trajo a su hijo de dieciséis años, al que no le gustaba nada leer. “Es que me aburro”, dijo el adolescente adormilado. A lo que Joan respondió rápidamente vendiéndole Fantasmas, de Chuck Palahniuk. Imagino que la mente del chaval debió quedar consternada, navegando durante semanas por páginas cargadas de sexo explícito y salvaje, brutalidad policial y demencia absoluta. Todo ese tiempo estuve temiendo que apareciera la madre con un garrote dispuesta a enfrentarse con los malnacidos que le habían vendido tamaña basura a su polluelo. Pero no. El que volvió fue el chaval. Pidiendo otro libro. ¡Qué gran movimiento, el de mi amigo! ¡Qué jugada maestra! ¡Habíamos captado a un lector desafiando todas las leyes de la decencia, el sentido común y la sobreprotección paternal!

Desde entonces, hemos utilizado el Método Palahniuk en ocasiones contadas, pero exitosas todas ellas. Así que Joan, este post es para ti, amigo. Por lo poco que nos queda como libreros, al paso que vamos.

 

EJEMPLOS PRÁCTICOS DE TERRORISMO LITERARIO

 

EJEMPLO 1: Existe el llamado Ataque Literario Sutil. Consiste en convencer a un lector de que tienes buenas intenciones y de que eres un librero cabal. Por ejemplo, un cliente que se aficionó al Japón con Memorias de una Geisha y que ha metido la nariz en autores japoneses como Haruki Murakami. Sé discreto. Véndele algo decente. Y cuando se haya confiado… TERRORISMO LITERARIO EN ACCION! Véndele una de Murakami. Pero de Ryu Murakami. Por ejemplo, la novela Azul casi Transparente. Seguro que esos párrafos de sexo gráfico y hueco y el hastío de esos jóvenes drogadictos y confusos no es lo que el lector esperaba. ¡Pero quizá hasta aprecie otro tipo de literatura!

 

EJEMPLO 2: Tenemos también el Ataque Literario Anti-Thriller. Que consiste… pues eso, en venderle a alguien un anti-thriller, es decir, una de esas intrigas tan bien documentadas y tan bien escritas que, si esperas otro Dan Brown, te aburren hasta la muerte. Por ejemplo, si a alguien le gusta Philip Vandenberg (autor de escenas tan increíbles como aquella de El Quinto Evangelio en que la pareja protagonista es perseguida a tiros por unos sectarios superdotados y sin venir a cuento, él se detiene y le dice: Oh! Te quiero! Siempre te querré!) lo mejor es endosarle una edición de tapa dura de El Club Dante. TERRORISMO LITERARIO EN MARCHA! Enchufarle esta preciosa novela donde los protagonistas son un grupo de octogenarios reumáticos del siglo XIX que han traducido a Dante por primera vez al inglés americano… en fin, puedes imaginarte las dosis de ¡ACCIÓN! que hallará en este libro.

 

EJEMPLO 3: Otra posibilidad interesante de llevar a cabo es el llamado Ataque Literario Ascendente. Consiste en seguir la misma o similar línea de lectura… pero subiendo el nivel de calidad/depravación/madurez. El ejemplo típico hoy en día es la chica mojigata y soñadora, de 15-19 años, que se ha enamorado del soso dueto Bella/Edward de la saga Crepúsculo. El librero cobarde que todos aparentamos ser, le recomendaría las Crónicas Vampíricas de L.J. Smith. Pero el librero inestable y enloquecido que todos llevamos dentro desea hacer… TERRORISMO LITERARIO EN ACCIÓN!!! Recomiéndale la saga Lycos, de Jezz Burning. Ya es hora de que esa niña se convierta en MUJER leyendo alguna buena escena de sexo paranormal. Sus padres no te lo agradecerán. Pero ella sí.

 

EJEMPLO 4: El más arriesgado, pero al mismo tiempo el más satisfactorio, es el Ataque Literario Vengativo. Es aquel que no tiene otro objeto que provocar la ira y el desconcierto del lector o de su acompañante. Si estás fino, jamás volverás a ver a esos clientes, y si ese día tienes duende, podrías hasta conseguir una reclamación oficial (aunque os parezca increíble. Os sorprendería lo peregrinos que pueden llegar a ser los motivos de un cretino para poner una reclamación).

Hay varios ejemplos útiles de este Ataque.

 

SITUACIÓN A: Una pareja viene a comprar. Son del tipo “tú le preguntas a la chica pero es el tío el que responde, quitándole la palabra”.

à TERRORISMO LITERARIO EN ACCIÓN!!!: No pierdas la oportunidad de endosarle a la chica OUT, de Natsuo Kirino. Preciosa novela policíaca japonesa donde cuatro mujeres de mediana edad se dedican a descuartizar a sus maridos y a todos los hombres que las maltratan, eclipsan, o dan el menor problema.

 

SITUACIÓN B: Una pareja viene a comprar. Son del tipo “tú le preguntas al tío, pero es la chica ejecutiva-agresiva-tengomuchapersonalidad la que responde, anulando la voluntad de su marido/novio”.

à TERRORISMO LITERARIO EN ACCIÓN!!: Despista a la chica. Coge al marido aparte. Habla de libros. Y acto seguido, colócale una edición en bolsillo de cualquier novela de Charles Bukowski (Mujeres o Escritos de un viejo indecente servirán). Lo siguiente será el divorcio.

 

SITUACIÓN C: Un imbécil te jode cada vez que viene, va de listo, pone reclamaciones, mira decepcionado por el mal servicio que todos le damos. Y, oh Dios, es fan de Philip Vandenberg y Clive Cussler.

à TERRORISMO LITERARIO EN ACCIÓN!!: Sé paciente. Espera hasta la siguiente campaña de Navidad si es preciso. Espera a Sant Jordi. Antes o después, solo por joder, te pedirá una recomendación. Y tú le endosarás “El Péndulo de Foucault”, de Umberto Eco. En tapa dura. Y le dirás que es un thriller genial sobre templarios y logias secretas. Con suerte, el cliente sufrirá una apoplejía en el segundo capítulo. Con más suerte aún, el cliente sobrevivirá, pero jamás volverá. En parte, por odio. Y en parte, por la vergüenza de creerse más que nadie y no haber sido capaz de entender la mitad de las palabras utilizadas en la puta novela (algo que, por lo demás, nos ha pasado a todos con ese libro… ¿o hay aquí alguien que la haya leído y no haya tenido que coger veinte veces el diccionario?)

 

Podríamos seguir durante horas poniendo ejemplos, pero creo que habéis cogido la mecánica. Se basa en el simple principio de que, igual que existe un libro adecuado para cada persona y momento… existe un libro totalmente inadecuado para esa persona y ese momento. Hablo de convencer a un machista de mierda para que lea Virginia Woolf. Hablo de venderle El buda de los suburbios al típico repeinao de cutre-derechas que se cree todo lo que dice César Vidal… y desear con todo tu corazón que se le revuelvan sus delicadas tripas leyendo sobre inmigrantes paquistanís bisexuales. Hablo de sufrir durante veinte minutos la charla interminable de ese pedante que “sólo lee clásicos porque la literatura contemporánea es malsonante y vulgar” para luego endosarle Viaje al fin de la noche, de Céline. Y decirle que es un clásico. Y no mentir al decirlo, pero tocarle los cojones igualmente.

 

Podríamos ponernos serios y decir que nuestro objetivo es derribar los muros de la cerrazón lectora y encaminarnos a un mundo mejor donde todos puedan leer de todo, aceptarlo, entenderlo, y no mirar a nadie por encima del hombro en función de las lecturas que libremente escoge.

Pero sería mentira.

Tan solo lo hacemos por diversión.

Si ya no pudiéramos reírnos en estos tiempos de crisis… ¿qué nos quedaría?

 

A cuidarse, amigos!