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Literatura Torcida

El poder de un título

 

Comentábamos el otro día algunos ingredientes fundamentales que necesita un escritor en ciernes para escribir un thriller que se precie. Uno de ellos es, sin duda, el título. ¿Cuántas novelas han ido a parar a la fosa común de los Libros Defenestrados por culpa de un título mal escogido? Y “mal escogido” no significa “malo”, cuidado. Pienso que Otra noche de mierda en esta puta ciudad, publicado este 2007 en Anagrama por Nick Flynn, es un libro con un título atrevido y directo, muy interesante. Y sin embargo observé en mi librería que la gente, cuando lo veía, o arrugaba el morro o se reía sin molestarse en leer la contraportada.

No, amigo narrador, si quieres vender libros como rosquillas lo que tienes que hacer es dejarte de pijadas de escritor y rendirte al capital: apuesta por la calidad. Titula con el binomio Enigma-Famoso. ¡El mundo se arrodillará ante ti!

Me he entretenido en hacer un listado, asaz incompleto, de títulos delirantes de thrillers que han invadido el mercado en los últimos años siguiendo este binomio. Os juro que toda esta ristra que vais a leer es verídica. Preguntad en cualquier librería o buscad en el ISBN.

GRANDES MOMENTOS DE LA TITULACIÓN NOVELÍSTICA: EL THRILLER

PARTE I: TIRANDO DE VIEJAS GLORIAS

-El Proyecto Lázaro

-El Enigma Goya

-El Último Catón (pedido a veces como El Último Capón)

-El Espejo de Salomón

-Los Círculos de Dante

-Los Círculos de Juanelo (¿quién coño será Juanelo? ¿Qué pinta en un título?)

-El Código Da Vinci

-La Novela Perdida de Lord Byron

-El Secreto de Darwin

-El Misterio Cervantes

-El Club Dante

-El Puzzle de Jesús

-El Video Jesús (este me encanta. Suena a Cristo subiendo videos al youtube)

-El Enigma Vivaldi

-La Sombra de Lucifer

-El Delirio de Rembrandt

-El Enigma de Copérnico

-El Club Lovecraft

-La Clave Gaudí

-El Silencio de Gaudí

-El Secreto de El Bosco

-La Tumba de Colón

-El Sarcófago de los Reyes Magos (joder, ni a los Reyes Magos dejan tranquilos)

-El Manuscrito de Dante

-El Enigma de Cambisses

PARTE II: EL LUGAR MISTERIOSO

-La Conspiración de Asís

-La Conexión Alejandría

-El Círculo Octogonus

-La Conjura Sixtina

-El Misterio de Murano

Hay muchos más, pero creo que esta lista es elocuente. Y ojo: que sus títulos sean, mayoritariamente, una mierda, no quiere decir que las novelas sean también una mierda (Aunque lo son. Mayoritariamente). El Último Catón es para mí la mejor novela de Matilde Asensi, y El Club Dante la leí con cinismo pensando que me encontraría una mamarrachada y resultó ser un trabajo excelente, bien documentado y muy bien escrito.

Pero sí, vale, en líneas generales todos estos libros son chorradas. Ya iré incorporando posts con detalles de algunos de ellos. Aunque no querría despedirme sin proponeros dos títulos que ya deberían existir en el mercado si éste no fuera un país tan atrasado:

-El Misterio de Aznar (escrito por Iñaki Gabilondo)

-La Conjura Zapatero (escrito por César Vidal)

Amigos, imaginadlo. Estos títulos, estos autores… es el material del que están hechos los sueños.

Cómo escribir un buen Thriller...

Hola amigos. En esta sección que inauguramos hoy vamos a ir recopilando toda una sarta de novelitas muy jodidas englobadas generalmente como… THRILLER. O “Intriga y misterio” para los castellanoamantes.

            Y es que estamos hablando de uno de los géneros literarios con más margen para decir chorradas que podemos encontrar hoy en día. Claro, si haces novela histórica y metes una cagada muy gorda, pierdes crédito. Con el género negro… en fin, su lector es bastante selecto, no puedes hacer el tonto. ¿Terror? Hay muy pocos realmente dotados, así que ni lo intentan, y menos sabiendo que el cine casi siempre les pasará la mano por la cara.

            Pero el thriller, ahh, el thriller, eso ya es otro cantar. Porque amigo, si tú te dedicas a escribir una novela de intriga, podrás decir y hacer casi cualquier chorrada que se te pase por la cabeza, y nadie moverá un músculo para impedírtelo. Es más, yo empiezo a creer que algunas editoriales incitan las gilipolleces, ya sabes, esa política de “si vas a soltar una animalada, suéltala gorda”.

            Hay una serie de elementos que un buen mal thriller no puede esquivar si quiere triunfar:

1)       El Título: Debe ser impactante, intrigante, y a ser posible usando el nombre de alguna personalidad famosa. El esquema vendría a ser algo así como “El (misterio / secreto / enigma…) de (personaje histórico que te salga de los huevos)”. A todos nos viene a la cabeza El Código Da Vinci, que efectivamente es el thriller bueno-malo por antonomasia, y que ha sentado escuela en esto de los títulos Enigma-Nombre, pero no nos dejemos engañar: Dan Brown es demasiado simplón como para inventarse él solito un género. Todo esto empezó ya antes de su Código.

2)       La Secta: Es fundamental que el protagonista/s sea perseguido por una secta muy jodida. A ser posible, serán masones, judíos, o templarios. Si le echas huevos hasta podrían ser cátaros. Y si no, te los inventas, y ya está, hombre, mientras les pongas algún nombre molón. Otro aspecto importante de esta Secta que elijas es que, esencialmente, son unos retrasados mentales. Porque siempre, siempre, tienen miles de años de antigüedad, llevan siglos buscando el objeto/documento perdido, y cuentan con las mejores personalidades de cada época en sus filas, amén de recursos ilimitados y sin embargo no son capaces de acercarse al objeto/documento hasta que el protagonista pone sus manos sobre ello de forma accidental.

3)       La chica: Ha de haber una chica. Esto es obligado. Y al final de la novela, el prota se la tiene que enrollar. Si no, su función en la novela es inexistente, salvo sacar al protagonista de algún atolladero puntual. Y da igual que no haya habido química entre los personajes a lo largo de las cuatrocientas páginas que dura tu tostón de thriller. Da igual que todas sus conversaciones hayan sido más impersonales que una entrega de papeles del paro en la oficina de empleo: si no se la enrolla, parece que al final le falte una pieza.

4)       Capítulos cortos: Otro aspecto importante, quizá no tan obligatorio como los anteriores, pero que seguro te ayudará a vender mucho. Y es que el escritor ha de considerar siempre que el lector es un subnormal que apenas llega para leerse el Marca o el Sport. ¡No le fuerces con capítulos largos! ¿Y si le reventara la cabeza? Lo idóneo son capítulos de dos-cuatro páginas como mucho, donde ocurra algo, lo que sea, aunque no tenga sentido, pero ha de pasar algo. Ni se te ocurra hacer un capítulo de transición donde los personajes sólo dialoguen entre ellos mientras van de viaje a alguna parte. ¡Mal! Haz que pase algo, y a ser posible, algo que quede pendiente al acabar el capítulo. Porque esa es otra parte importante:

5)       Cliffhangers: Cuando termines tu capítulo, la acción ha de ser trepidante y quedar cortada. De esta forma crearás en el lector una verdadera adicción, un “joder, ¿qué ocurrirá?”, le verás en el metro pasando como un poseso las páginas de tu novela. Nada engancha más que una acción cuyo desenlace se interrumpe al final del capítulo de forma dramática. Y da igual que usar ese recurso durante toda una puta novela destruya la mente y el ánima sumiendo al lector en un estado de agotamiento espiritual decadente: lo importante es que no deje de leer tu novela. Si ves que ni con toda tu energía consigues hacer que pase algo interesante, da igual, deja colgada una acción, aunque sea cotidiana, de forma dramática. Tal que así: […] y entonces, con un suspiro, John levantó la tapa del retrete, sintiendo que automáticamente todos los músculos de su cuerpo se tensaban ante la visión que tenía ante él. Estaba ahí. Después de tanto tiempo buscando, estaba ahí. (Fin de capítulo). (Y ahora, inicio de capítulo, al pasar la página) Estaba ahí. Después de todo un día buscando un retrete limpio donde evacuar, John pudo descargar a gusto y pensar en todo lo que había ocurrido hasta el momento […].

6)       La Iglesia: Last, but not least, la apostólica y romana no debería faltar nunca en un buen thriller. Da igual el papel que le des, desde protagonista a secundario ramplón, de buena a mala, de protectora de la Secta o del prota, de guardiana del secreto o buscadora… tu asegúrate de que la Iglesia salga por algún lado (especialmente en la contraportada, avisando de que “el objeto buscado podría destruir a la Iglesia en caso de salir a la luz”, aunque sea mentira) y tendrás asegurado un 25% más de ventas.


Estos son, a grandes rasgos, los elementos fundamentales. A partir de aquí, ya sabes, coge tu pluma o abre un nuevo documento de Word y líate la manta a la cabeza: ¡el futuro editorial es tuyo!

¿Por qué SI a la mala literatura?

Desde hace unas semanas participo activamente en el blog de la asociación literaria La Molineta (Molina de Segura, Murcia). Pero tiendo a la diarrea verbal, y lo que iba escribiendo excedía, con mucho, la sección de “La librería” que llevo en ese blog. Así que he abierto éste, paralelo, para poder despacharme a gusto.

Y es que pienso que vale la pena dedicar cierto espacio en Internet a la mala literatura. Pero ojo, que esto no es un blog “selecto” para sesudos intelectuales. No esperéis críticas furibundas de un tiparraco indignado porque a él no le publican sus putas novelas, por culpa de estos best-seller que inundan el mercado. Empiezas creyendo que tus escritos son mejores que ciertas cosas publicadas (lo cual es, en muchos casos, cierto) y acabas convencido de que todo lo publicado es una mierda, que las editoriales (pronunciado con tono malévolo) están compradas, coño, que te mereces el maldito premio Nobel.

Y no. No quiero caer en ese tipo de críticas, porque no se ajustan a la verdad, y porque creo que ya tenemos suficiente amargura en los telediarios como para ponerse histérico también en Internet. Y porque le debemos cierto respeto, aunque sea un mínimo, a los autores de esas novelas terribles. Porque sí, que hay libros que son una absoluta mierda no lo puede negar nadie. Pero en fin, ellos lo intentaron, y joder, seguro que si alguien leyera las mías podrían decir más o menos lo mismo.

En definitiva, que la idea NO es hacer crítica constructiva, pero tampoco sacar el hacha de guerra. Sólo quiero cachondearme un poco y compartir con vosotros algunas sonrisas respecto a este maravilloso mundo que es la literatura, por desgracia rodeado muchas veces de un halo tan digno-académico que dan ganas de ponerse un frac y barrer la casa con una escoba metida en el culo.

Así que sí, amigos, aquí vamos a hablar de literatura, por supuesto, pero sobretodo de la mala. Porque también ella tiene derecho a un espacio propio. Pensad que sin malas novelas, no disfrutaríamos las buenas.