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Literatura Torcida

La Mejor Trilogía Mala del siglo XXI

Hola amigos.
 
Hace tiempo os hablé de una joyita que había llegado a mi librería, una propuesta osada y desconcertante conocida como El Libro Sin Nombre, que simboliza a la perfección la esquizofrenia de mi querida editorial Ediciones B.
 
Reconozco que soy fan de Ediciones B. Los que normalmente os pasáis por el blog ya lo sabéis. Tienen algo que los hace irresistibles para mí, no sabría decirte qué. Quizá son las vicisitudes que han ido pasando a lo largo de estos últimos años en los que perdían editores y autores de renombre al mismo ritmo que pierde dinero y derechos un español medio. Quizá sean esas novelas históricas a la desesperada, de títulos aleatorios y con portadas de valerosos soldados repartiendo espadazos a diestro y siniestro, portadas con inquietantes filtros de tonos mostaza, como dándole a todo el conjunto un aire más épico... O quizá es su proverbial gafe. Como esto de los librinos, que ha tenido su gracia. Para los que no sepan de qué va el asunto: los "Librinos" son una especie de concepto nuevo y revolucionario que se han inventado los fumetas del norte de Europa. Consiste en editar un libro de bolsillo en letra minúscula, impresa en papel de fumar, que se lee en horizontal. Me refiero a que coges el libro de canto. Supongo que la idea original era que, conforme leías cada página, las fueras arrancando y usándolas para liarte porros con los que olvidarte de todo el asunto. El caso es que esto les ha parecido la bomba a los lectores europeos, y aquí somos muy europeos y no queremos quedarnos atrás, y rápidamente salió el bombazo: en España también disfrutaríamos de los Librinos, y nos los traería... EDICIONES B!!!
Y eso está muy bien.
Sobretodo porque hablamos de una editorial especialista en liquidar colecciones económicas y pequeñas (caso de la añorada Byblos) y sustituirlas por otras más caras, más feas, y gigantescas. Un pasito adelante, un pasito atrás, un pasito adelante, un pasito a...
En todos los foros se palpaba la expectativa. ¡Llegan los Librinos! Los libreros comentábamos: ¿Sabes que se lo han quedado los de Ediciones B? ¡Hostia! ¡Lo mismo sobreviven también al 2011! Pero llegaron los librimos, y vimos con desilusión cómo la elección del fondo era, de nuevo, una cagada. Los del Posteguillo tienen un pase porque se venden bien, y el Barrero también, pero por favor... El Círculo Mágico, de Katherine Neville??? ¡El Psicoanalista, de Katzenbach!
 
-¡Nooooo! - grité yo al ver, de nuevo, esos ojos psicóticos mirándome desde la portada de El Psicoanalista, novela con más años que Matusalén y de la que deben existir ya como sesenta ediciones diferentes (y que, por cierto, aún no he leído. Vergüenza debería darme).
 
En fin, todo el mundo dice que los librinos se venden bien, pero en mi caso particular han sido una chufa. No los he vendido más que cualquiera de las miles de campañas diferentes de bolsillo que me llegan cada dos o tres meses de todas las editoriales, todas ellas siempre repitiendo los mismos títulos estrella y sin traernos nada nuevo de verdad.
 
El caso es que en medio de la tristeza de esta crisis general y sectorial, Ediciones B nos trae, como siempre, un rayo de esperanza, alegría y desparpajo. Y lo hace con la trilogía de ¡¡¡KID BOURBON!!!!
 
Mi concepción de esta obra ha cambiado mucho desde que me acerqué a ella infructuosamente cuando salió el primer volumen.
Para empezar, yo no tenía ni idea de que iba a ser una trilogía. Simplemente parecía una mala novela más, con un argumento absurdo, una contraportada acojonante (y descojonante), un protagonista llamado KID BOURBON, y una campaña de márketing basada en regalar alcohol a los libreros. Imagino que para forzarnos a colocar pilas y pilas del libro en la mesa de novedades en una vorágine de ebriedad.
 
Un día, estaba yo colocando una reposición de fondo, tan tranquilo, cuando llegó un tío y me pidió la segunda parte de El Libro Sin Nombre. Yo al principio no até cabos, pero pasados unos segundos se hizo la luz. Abrí unos ojos como platos.
 
-Pero... ¿han sacado una segunda parte? - pregunté, confundido.
-Pues claro - respondió el cliente, convencido - si es una trilogía...
 
Aquello me hizo replantearme las cosas. Malas novelas las hay a patadas, qué os voy a explicar que no sepáis ya. Pero hasta en eso hay clases. Existen malas novelas que no dan risa ninguna, mierdas que se toman en serio a sí mismas provocando el rechazo y el aburrimiento del lector. Y luego están aquellas tan despreocupadas, descontroladas e insolentes que no puedes sino levantarte y aplaudir. La trilogía de Kid Bourbon no sólo pertenece a este segundo grupo, sino que me atrevería a decir que lo encabeza con ocho horas de ventaja. Leerse esta trilogía es el equivalente literario de ver la película Venganza (con Liam Neeson) una noche de borrachera. ¿Sabes a qué peli me refiero? Es una en la que el argumento es una excusa para filmar a Liam Neeson repartiendo hostias por toda Europa. ¡Aquello es una orgía de destrucción! Taxistas apalizados, mujeres inocentes a las que les dispara en las piernas para hacer hablar a los maridos, ucranianos tiroteados con total impunidad, jeques explotando, un festival de sangre y diversión absurda que como película no vale un carajo pero con la que te ríes hasta decir basta, de lo drogado que estaba el guionista cuando la parió.
La Trilogía Sin Nombre es algo parecido. Y diré más: la Trilogía Sin Nombre es LA MEJOR-PEOR TRILOGÍA del planeta. El anónimo autor, que firmó el contrato editorial como KID BOURBON (jamás me cansaré de repetir ese nombre) ha escrito todo lo que le ha salido de los cojones, mezclando los temas más diversos del mundo en un huracán de sangre, disparos, insultos, mexicanos y alcohol.
La primera entrega, El Libro Sin Nombre, explicaba la historia... pues de eso, de un libro sin nombre ni autor. Era un libro maldito, todo el que lo leía se moría al momento (a lo mejor porque aparecía Liam Neeson por detrás para pegarte un tiro en la nuca), aunque sin nombre ni autor, no sé cómo coño conseguían venderlo los libreros que lo tuvieran de fondo.
Empecé a leerla y tuve que dejarla. Estaba demasiado pasada. El principio parecía un guión novelizado de Desperado, no muy bien escrito, y aunque me divierte mucho leer novelas chungas, tampoco es que me sobre el tiempo para perderlo con cualquier gilipollez que encuentre. Un lector del blog me amenazó con darme patadas en la boca por recomendarla (a lo mejor era Liam Neeson) y yo desistí.
Entonces descubrí El Ojo de la Luna, cuya sinopsis me veo obligado a transcribir aquí, porque es igual de buena que la primera:
 
"Querido lector,
 
Tienes en tus manos El Ojo de la Luna. ¿Estás seguro de lo que haces? ¡Muchas almas han perecido en el camino!
Tras dieciocho años de asesinatos (y una exagerada cantidad de whisky), es hora de que Kid Bourbon deje de matar. Pero Peto, el monje de Hubal, ahora en posesión del Ojo de la Luna, regresa a Santa Mondega en busca del asesino encapuchado... y no está solo.
Se acerca la noche de Halloween. Héroes tan dispares como Dante y Kacy se ven una vez más envueltos en una violenta espiral de maldad... junto con pandillas de vampiros y algún hombre lobo. Los acompañarán Sánchez, el camarero entrometido, Jessica, el ángel de la muerte, un Lord Oscuro recién llegado... ¡Prepárate para un nuevo baño de sangre!"
 
Y añade...
 
"Esta sangrienta pero estupenda secuela continúa con el mismo humor negro, la escalofriante historia de matanzas, caos y mentes desquiciadas"
 
¡No hace falta que lo jures! ¡Es evidente que el autor está desquiciado!
 
Abriendo el libro por páginas al azar encuentras maravillas como una vampira en coma al que un idiota le quiere meter la polla en la boca después de haberle chupado algo de sangre (aunque ella abre los ojos y le amenaza con arrancársela de un bocado estilo Lorena Bobbit); un chiflado alemán que casi siempre habla en mayúsculas y dices cosas como "¡NO HAY NINGÚN MALDITO TRRRATO! ¡LAS SOMBRRAS PERRMANECEMOS JUNTAS!" (que, si te paras a pensarlo, eso ni siquiera es acento alemán, es más tirando a ruso, los alemanes no usan errrrrrres fuertes, que yo sepa); o la tortura que Kid Bourbon le aplica a un vampiro: párpados, uñas, labios, y no sé cuántas perrerías más en exactamente cinco minutos y veinticinco segundos.
 
Sí, ya sé que con una descripción así nadie se va a acercar al libro. No os culpo. Una cosa es ver una peli idiota de tiros, que no te implica más que hora y media sentado comiendo palomitas, y otra invertir 20 euros en un libro idiota de tiros con el que te tirarás entre dos días y dos semanas dependiendo de tu tiempo libre y tu velocidad de lectura.
Pero leerse esta trilogía casi obedece a impulso antropológico. ¿Qué nos está ocurriendo para que aparezcan libros como éste? ¿Qué significa? ¿Qué le está pasando al ser humano en esta fase de la historia?
 
Pensad que el remate final llega con el tercer volumen. Éste fue el que me conquistó sin remedio. Se llama El Cementerio del Diablo y eleva la trama a su máxima expresión: aparte de los ya consabidos personajes principales y secundarios (psicópatas, monjes, vampiros, lobos, putas) aparecen toneladas de zombies (veeeeenga mezclas!) y como telón de fondo, un concurso televisivo de cantantes en el que imitan a los grandes iconos: Elvis, Judy Garland...
Entre medio, más disparos, más alcohol, más sangre, más moscas.
Más KID BOURBON.
La demencia del autor alcanza aquí su máxima expresión. Supongo que una vez inmerso en el libro todo cobra sentido en su contexto, pero abrir una página al azar y encontrar un diálogo así, acojona:
 
"-Me importa una mierda. ¿Qué, has terminado?
-He terminado.
-¿Así que están todos muertos? ¿Ya?
-No
-¿No? ¿Quién falta?
-Dorothy
-¿Quién coño es Dorothy?
-Judy Garland
-¿Qué ha ocurrido? ¿Se te ha escapado?
-No
-¿Entonces?
-No mato Dorothys.
-Y una mierda. Tú matas cualquier cosa.
-Dorothys, no.
[...]
-A ver si lo he entendido bien, tú matas todo y a todos, con independiencia de la edad, la raza o el sexo, pero cuando se trata de la Dorothy de El Mago de Oz, ¿de repente te remuerde la conciencia?
-Así es, más o menos"
 
¡Joder! ¡Eso SÍ es un personaje polifacético, con su trasfondo y sus tres dimensiones!
 
También encontré una escena increíble en que un matón que va en una autocaravana se encuentra pegando tiros en medio de una marea de zombies. El va reventando bichos, pero ellos le rodean... sin embargo, en vez de comérselo a bocados, lo que hacen es mangarle las llaves de la caravana para, acto seguido, chorizársela y largarse por el desierto escuchando los cd's de Tom Jones que el asesino tenía en la guantera!!!! ¿Qué sentido tiene una novela en la que unos zombies putrefactos corren a toda velocidad por el desierto en una autocaravana al ritmo de She's a Lady?
Como dijo aquel, "hay en el cielo y en la tierra más cosas de las que pueda soñar tu filosofía", y es cierto, sí. Ni veinte filosofías juntas podrían haber soñado con Kid Bourbon, Santa Mondega, y toda la acción y los hectolitros de sangre que recorren cada una de sus páginas.
En fin, no te voy a recomendar ni que la leas ni que la dejes de leer. Depende de tu estomago y del humor que lleves. En todo caso, seguro que no te dejará indiferente.
A cuidarse amigos!

8 comentarios

kid bourbon -

sigue asi muchacho¡¡¡¡. Dame publicidad¡¡¡¡.

Eilidh -

Ni siquiera sabia que tenías un libro en el mercado..anda que das señales de vida. No me olvidé de tu cumpleaños, siempre lo tengo presente. Un beso Javi. (Conchi,desde Málaga)

Cisne Negro -

Impagable reseña. Saludos y gracias.


http://cisne.blogspot.com/

Luisa -

Por favor haz tu mismo el sacrificio la lees y nos la cuentas por aquí mismo así sería mas divertida aún trilogía. Duele pagar por esa "obra". Tengo tantos libros buenos pendientes por leer que prefiero que me la cuente alguien.

10contra1 -

Cada vez que me acerco a tu blog, me dan ganas de leer los libros que comentas y esta trilogía, por supuesto, no es una excepción.

donser -

Pues más o menos lo has puesto como una peli de George Romero. Eso son cosas que uno ataca sabiendo dónde se juega los cuartos, como cuanto de descargas (ops, ire al infierno de Sindeee!!) Zombie Strippers y ves a Jeena Jameson, la actriz porno, leyendo a Nietzsche, o te clavas sin respirar tres pelis de Seagal, o incluso Machete, y te diviertes de lo lindo. ("Machete no manda mensajes")
Pero lo del libro Sin Nombre, parece una paja mental, una partida de rol de esas de desfase con los colegas hasta las tantas de la madrugada viendo a ver quién hace la mayor absuridad, en el salón de casa, con los vecinos chinos aporreando la pared y un colega medio colgado diciendo que busca monjas para violar.
Son cosas a las que uno se acerca a sabiendas, cortejando la locura y la muerte con un ramo de rosas, un bote de vaselina y una pistola cargada. Es como darle la mentada pipa al yayo con parkinson y ponerte en medio.
Eso es hardcore. Eso es true. Eso es sadomasoquismo bibliófilo.

Eoghan -

Maria... créeme. Trece Runas es una novela sensata al lado de esto.
Quedas advertida!!!

María -

Una vez más, he acabado llorando de risa. En serio, me pica mucho la curiosidad con esta triología, y después de haber leído Trece Runas creo que soy inmune.

Saludos!