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Literatura Torcida

¡ViaMagna ha muerto! ¡Viva ViaMagna!

¡Hola amigos! Estos días me debatía sobre si colgar o no un post sobre los franceses y su huelga. Más que nada como alabanza, porque hay que reconocer que estos saben hacer una huelga en condiciones, poniendo en jaque al gobierno. Sin embargo, corría peligro de muerte por dispersión. Si en un blog sobre libros también acabamos hablando de política (uno de los temas más deprimentes que existen) creo que podría echar ya el cierre y beberme un vaso de cicuta.

Y el caso es que el post valía la pena ni que fuera por colgar un par de fotos cojonudas de Sarkozy, ese genio de las finanzas, la diplomacia y la libertad, amén de patrón de los caraduras.

En esas estaba esta tarde, dándole vueltas al blog y a los franceses y a la escasez de chunguez literaria, cuando he recibido un correo en el trabajo ordenando la devolución de todo el fondo de la editorial ViaMagna porque… ¡han cerrado! ¡Sí, amigos! ¡Una de nuestras editoriales favoritas, emblema de Literatura Torcida, ha pasado a mejor vida!

“¡Tengo que hablar de esto!”, me he dicho. Pero, ¿qué ocurre entonces con las fotos de Sarkozy? Pues nada, porque… ¡puedo colgarlas igualmente en este post aunque no tenga nada que ver con el tema! Es lo bonito de tener un blog: que puedes hacer todos los destrozos que quieras con tus “publicaciones” sin preocuparte por el resultado. No os riáis: este mismo razonamiento lo siguió Balzac al montar una editorial. Claro que Balzac se arruinó por ello.

En fin, mis druguitos, que entrando ya al tema, ViaMagna se ha convertido en ViaMuerta. Es una noticia triste pero es así. A lo largo de estos dos años hemos ido viendo aquí algunas de las joyas de la corona de esta editorial. Obras de arte como La Flor del Diablo no podrían haber visto la luz de no ser por ViaMagna… aunque quizá los de El Andén (que por cierto, también están desaparecidos, el panorama empieza a ser desolador) se habrían atrevido.

 

ViaMagna ha sido el equivalente editorial de un one-hit wonder discográfico estilo Frankie goes to Hollywood. Y así como de estos últimos recordamos Relax y poco más, de ViaMagna sólo recordamos un Grandes Ventas: El testamento maya, de Steve Alten. Todo lo demás ha sido un intento de replicar ese libro y ese éxito. Un intento fallido, es evidente.

El testamento maya fue un libro curioso. Yo siempre he estado convencido de que el detonante de su éxito fue la portada. Podremos reírnos de ViaMagna, pero hay que reconocer que hacían algunas portadas muy guapas. Para los amantes del thriller de acción eran portadas la hostia de atractivas. En este caso concreto, la inquietante imagen de una pirámide con ese tono verde, brillante, y el aire lunático que desprende todo el conjunto, con esa calavera, convertía la cubierta en un cebo irresistible. Y luego resultó que el libro no estaba mal. A mí me divirtió mucho, aunque lo cierto es que no me acuerdo de casi nada. Es evidente que no estamos ante una pieza genial de producción literaria, tan sólo es puro entretenimiento. Los protagonistas tienen delito: la prota es, evidentemente, atractiva y lista, tiene unas tetas increíbles, y suelta unas respuestas que molan mucho. Y escucha a Jim Morrison con los Doors, lo cual es reseñable. El prota es el hijo de un científico loco, que está igual de loco que su padre y vive en un psiquiátrico. Pero para que sea totalmente del agrado de la chica, Steve Alten le ha dotado de un físico espectacular y de una cortesía irresistible para las damas. ¡La pasión no encontrará barreras!

 

El argumento ya lo conocemos todos a estas alturas: según el calendario maya, el mundo se acabará el año 2012. Para muchos especuladores hoy en día endeudados sería un alivio que eso ocurriera. Quizá por eso tuvo tanto éxito: desde el lanzamiento de El testamento maya se disparó la producción en cadena de thrillers de ambientación precolombina. Maldita sea, aquellos meses fueron una locura. Llegaba de todo: El códice maya, La máscara maya, El Nostradamus maya (éste tiene gracia), La profecía maya… o títulos alternativos como uno que creo recordar se llamaba La profecía 2012. Durante una temporada sólo había mayas y aztecas. ¡Qué interesante nos parecía todo el asunto! Un interés que resultaba curioso, considerando que fuimos nosotros mismos quienes erradicamos del planeta casi todo resto de civilización precolombina.

Las bonitas ventas de ese título hacían presagiar una brillante carrera para ViaMagna. Pero en realidad fue un desastre absoluto: la segunda parte, conocida como La resurrección maya tuvo mucho menos impacto, y empezaron a llegar packs absurdos. Por ejemplo, los dos libros juntos, con una mierda de envoltorio de cartón barato que valía exactamente lo mismo que los libros por separado… que dices… ¿pa qué coño me mandas un pack? Además, asumámoslo: cuando te envían un pack con DOS libros de una TRILOGÍA, es que el tercero peligra. Mira como del Larsson no enviaron el pack hasta que estuvieron listos los tres tomos.

En fin, nunca llegó el tercer título de la trilogía maya. Publicaron otros libros de Steve Alten, uno sobre un tiburón asesino, otro sobre la guerra del petróleo, e incluso uno sobre el lago Ness donde, como ya comentamos una vez, ViaMagna acuñó un nuevo género literario, amén de mostrar un elegante repertorio de cutre-trucos publicitarios.

Pero nada funcionó. Lo que se gastaban en portadas, cartulina para packs, y drogas para largas noches de redacción de contraportadas absurdas era diez veces superior a lo que ingresaban con sus eximias ventas.

Editor de ViaMagna en una noche de mucho trabajo.

Al final, los editores… ¡parece que desaparecieron! Como lo oís. Se han dado a la fuga, los cabrones, metiendo a toda prisa en sus maletas los billetes de cinco euros que quedaban en un cajón de la editorial. Eliminaron su página web, se graduaron en discreción, y para cuando los autores que tenían contrato en vigor con la editorial quisieron darse cuenta, se habían volatilizado en el éter. Esto ocurrió a lo largo de este verano, como parecen atestiguar algunos foros de escritores y algunos blogs la hostia de interesantes. Hay que solidarizarse con los autores: con lo jodido que resulta conseguir publicar un libro, ha de ser una putada enorme que tu editor desaparezca como si jamás hubiera existido. Personalmente no conozco a ninguno, así que no sé cómo está el asunto en estos momentos (los mensajes de los foros adjuntos son de verano, y yo no me he enterado de todo esto hasta esta semana, cuando el distribuidor nos ha pedido la devolución de todo el fondo) pero desde aquí envío un mensaje de ánimo para todos estos escritores y deseo que hayan podido normalizar su situación.

Por quien sí me alegro es por la distribuidora UDL: junto con Les Punxes, es una de mis distribuidoras favoritas (sus comerciales son cojonudos, te meas de risa con sus visitas y hacen un trabajo muy honesto, odio a los que intenta colarme mierda) y cuando dejaron de llevar ViaMagna hace muchos meses, pensé: vaya putada les han hecho. Por aquel entonces aún coleaban los mayas de Steve Alten. Pero no, ha quedado claro que fue de una previsión espeluznante. ¡Bien por UDL!

 

Sin embargo, antes de dar por cerrada su aventura editorial, ViaMagna lanzó un último canto de cisne. Y fue con un libro llamado… ¡2012! Sí, era una buena forma de cerrar el círculo volviendo a los orígenes: sus primeros euros los ganaron con una profecía maya, y sus últimos, aquellos con los que pagarse un billete en Ryanair para huir del país, también.

Pero ojo, que 2012 es una novela especial. Arrastró ventas, yo creo que porque en ese momento estaba en marcha la película de mismo nombre… ¡que tampoco tiene nada que ver!

Y por cierto… ¡qué locura de película! Es uno de esos films estúpidos que disfrutas mucho más si lo visionas dentro de un cumulonimbo marihuanero. Básicamente son dos horas de huidas trepidantes en avión mientras te caen encima edificios, explotan volcanes, y todo el mundo muere. Aquello no tiene ningún sentido, hay mafiosos rusos que dicen cosas como “ensiende motor” para arrancar un coche, y aparecen niños rusos malvados con pelo de loco que al final se vuelven buenos y comparten su cachorrito con otros niños diciendo “ahora puede ser tu perita también”. ¡Y van todos a bordo de un avión que se queda sin gasolina en medio del océano pero cuando caen… caen en medio de China! Porque claro, como hay volcanes y terremotos, los continentes se están moviendo. ¡Pero tienen tanta suerte que cuando caen en China, caen justo a dos pasos de donde se están construyendo unos barcos gigantes anti-apocalipsis! Que dices, como China es pequeña, es normal que atinen tantísimo. Ni que fuera Andorra.

Bueno, la novela 2012, de Brian D’Amato, no tiene ninguna relación, pero sirvió como excusa para venderla. Sin embargo, es un libro con unos giros argumentales espectaculares, donde no sólo se va a acabar el mundo sino que envían la conciencia del protagonista al pasado para que se apodere del cuerpo de un rey maya de la antigüedad. ¿Para qué? ¿Será para impedir que haga la profecía? Pero, ¿impedir la profecía evita el fin del mundo? ¿O sólo te ahorras el saber que todo se acaba? ¡Es un argumento muy gilipollas! Y por eso a nosotros nos encanta y la saludamos como la última gran aportación de ViaMagna a la humanidad.

Estas Navidades serán muchos más tristes sin las novedades de ViaMagna.

Así que lo mínimo que les debemos es un brindis en fin de año y desear que, allá donde estén, decidan montar otra editorial y asombrar al mundo con sus descubrimientos literarios.

 

¡Descanse en paz, ViaMagna!

2 comentarios

elsa -

caray Rafa, de vidente a profeta, lo próximo dios. un beso eoghan.

Rafa -

Es lo más bonito que me han dicho nunca.

Rafa vendedor de UDL y Profeta Maya