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Literatura Torcida

El Arte de Joder una Sobrecubierta (parte II)

 

Hola amigos! Como ya comentamos en el anterior post sobre este asunto, joder una sobrecubierta no es ciencia: es arte. Hay que estar muy bien entrenado, hay que dominar la técnica de soltarla bien gorda, pero sobretodo, hay que llevar en el alma unas gotas de genio, una chispa de magia, esa chispa que logra que uno se ría más mirando una portada que viendo el film Manos, The Hands of Fate pasado de marihuana. Si en el anterior episodio hablamos de las innumerables traducciones de algunos títulos y las sobrecogedoras biografías de los autores, hoy nos centraremos en tres aspectos tanto o más esenciales a la hora de cazar una buena mala novela en medio de esas mesas preñadísimas de novedades. A saber:

 

1) EDICIONES Y EJEMPLARES VENDIDOS:

Este punto es breve, pero no carece de cierta ironía. El otro día llegó a mi librería un nuevo título de la impagable ViaMagna (que pegaron el pelotazo con El Testamento Maya… y aún están buscando otro pelotazo parecido. Sin éxito). Ante mis asombrados ojos resaltaron las palabras 3º EDICIÓN!!!. Como soy de natural inquisitivo, me pregunté: pero si esto es una novedad que ha llegado hoy… ¿cómo cojones llevan ya tres ediciones? ¿La habrán vuelto a cagar en el almacén y hace seis meses que salió? ¿Acaso mi librería es como Hobbiton, que soy inmune a lo que pase fuera y a nadie le importa un pimiento lo que pase dentro?

Luego rebusqué en la primera hoja y ahí estaba:

1ª edición, octubre 2008.

2ª edición, octubre 2008.

3ª edición, octubre 2008.

¡Ah, golfos! ¡Es que hicieron las tres ediciones del tirón! Es lógico. Cuando, como editor, apuestas por un título que se perderá en la marea de las noventa mil novelas anuales que se publican en el nunca suficientemente valorado campo del thriller, o te buscas la vida o no te comes los turrones en la empresa. Supongo que alguna mente genial pensó: mierda ya, pa que voy a hacer una edición de tres mil ejemplares si puedo hacer tres tacadas de mil y marcarme tres ediciones na más llegar. ¡Arraso seguro!

En un arranque de generosidad y apoyo a tan brillante idea he puesto una pila de esa novela en el centro mismo de mi mesa de novedades de género. Como se vendan todas me hago una camiseta con el logo de ViaMagna.

Aparte de eso, también me guardo en el tintero esta idea para el día en que, desesperado, me autoedite mis novelas. Pero como a cojones no me gana nadie, voy a hacer una tirada de 1000 ejemplares repartida como Dios manda: a 500 ediciones de 2 ejemplares cada una. Aunque me gaste una fortuna en parar y encender la máquina de los huevos, una novela con más ediciones que El Caballero de la Armadura Oxidada tiene que hacerme rico por narices.

 

2) LA OPINIÓN DE LA CRÍTICA:

Opiniones de la crítica especializada (o no) las hay a cientos. Las mejores de ellas, ineludiblemente, acaban en la (contra)portada de aquellas novelas que necesitan un empujoncito.

Encontramos diferentes tipos de crítica o declaraciones, que pasamos a resumir:

·         El periódico de turno: Suele tener nombre inglés, y suele ser una versión pobre del que conocemos aquí. Entiendo que cuando el New York Times dice “aterradora, apasionante, no te la puedes perder”, o la novela es buena (generalmente no) o al menos se han gastado pasta en untar al periódico de turno. Pero cuando comentarios tan vagos e inútiles como “Magnífica novela de enorme atractivo” (no es broma, este comentario es real, igual que los periódicos que vienen a continuación) vienen firmados por asombrosos periódicos llamados Buckinham Examiner; o St Louis Post Dispatch o (redoble de tambores) Peterborough Evening Telegraph… coño, ¡entonces es que ahí hay calidad de la buena! Yo creo que este último no se lo deben leer ni en Peterborough. Porque, seamos serios, su página web luce peor que la de La Voz de Castelldefels. Y, con todo el respeto, La Voz solo la leen en Castelldefels. Y menos de la mitad de su población.

·         El nombre que no dice nada: Cuando creen que lo del diario no va a colar, meten el nombre de algún tipo (también en inglés) al que conocen en su pueblo, esperando que el lector diga: ah, cuidao, que ésta la recomienda John Stampleton. Que dices: pues vale. Si lo dice John Stampleton, es que ha de estar bien. Luego te lees lo que dice el tipo en cuestión, y encima resulta ser una mierda de comentario. Claro que eso explica que nadie le conozca como crítico literario.

·         El crítico comparativo: Existen críticos osados que hacen del comentario literario todo un arte en lo que a mezclar nombres se refiere. La idea no está mal: si la novela te ha parecido más sosa que Tom Hanks en el Código Da Vinci, lo mejor es que no pierdas el tiempo poniéndole adjetivos: se notará que es mentira. Coge dos autores que vendan bastante y di que esa novela es una mezcla de los dos. Y allá cada cual con su interpretación. Esto a veces parece hecho de forma arbitraria, como en El Círculo de los Escribas (Romain Sardou) de la que dicen “mezcla la frialdad de Harlan Coben con la escenografía de Stephen King” (¿a qué se referirá con lo de la escenografía?), o llegando a veces a extremos delirantes como en La Ecuación Dante, donde rizan el rizo mezclando tres autores: Dan Brown, Neal Stephenson y otra vez Stephen King. Y que conste que no fusionó más escritores porque se quedó sin espacio. El día menos pensado encontraré una que diga: “el estilo de Bárbara Wood con lo mejor de Stephen King”. Y como me la encuentre, te juro que me la compro. En tapa dura.

En realidad esto da casi para un juego: consigue la mezcla de autores más cachonda. ¿Te imaginas el resultado de combinar “lo mejor de Helen Fielding con lo mejor de Tolkien”? Me muero por ver a Arwen obsesionada con sus kilos de más y a Aragorn engañándola con… Galadriel!!! Ah amigos, la diversión no tendría fin.

·         El hacedor de géneros: El Mezclador de Autores es un discípulo aventajado del Hacedor de Géneros. De estos hay pocos ejemplos, pero valen su peso en oro. En “El Lago”, de Steve Alten, encontré esta perla: combina una meticulosa investigación con una narración fascinante para alumbrar un nuevo género: el thriller histórico de ciencia ficción”. Y es que, amigos, en este perro mundo se ha inventado ya todo, así que lo único que nos queda es mezclar géneros hasta que nos estalle la cabeza. Siempre me consideraré un mierda a menos que consiga escribir una novela que de lugar a un género como el western policíaco romántico-histórico de terror futurista. Crear algo así se merecería el Nobel.

·         El entrecomillado porque me sale de los huevos: Existen también editores que combinan su labor literaria con un trabajo a media jornada en el Telepizza, de forma que se les escapan ciertas ideas o sencillamente no tienen tiempo para mimar algo tan importante como una buena-mala sobrecubierta. De modo que en vez de perder el tiempo buscando en Google un peregrino periódico de Minnesotta que de voz a una crítica, se marcan un entrecomillado por toda la cara sin autoría alguna. Como en la ya comentada “Las Máquinas de Dios”, de Jack McDevitt (sí, el de las vivencias con los extraterrestres) donde encontramos lo siguiente en la parte superior de la portada:

McDevitt nos brinda arqueología interestelar repleta de misterio, ideas hábilmente hiladas y una atmósfera cargada de tensión”.

Y tú te quedas ahí, preguntándote quién dijo eso (para pegarle) pero por vueltas que le des al libro, jamás encuentras al autor de la fechoría. Claro que yo también me escondería.

·         El soso: Y en fin, luego existen aquellos comentarios cuyos autores ni siquiera se han atrevido a pasarse por la editorial a cobrar los 30 euros que les pagaban por una frase suya en la portada. Porque, para decir: “Personajes convincentes y una historia trepidante se aúnan en este apasionante thriller religioso” (El Libro de los Nombres)… lo mejor era no decir nada. Que la tinta va muy cara. Os remito nuevamente al Generador de Tramas de Novelas de Dan Brown. ¿No es glorioso que un programa humorístico pueda generar de forma aleatoria comentarios exactos a los de muchas novelas reales?

 

LAS SINOPSIS ATERRADORAS:

En este blog ya hemos tenido ocasión de analizar frase por frase algunas de las mejores sinopsis de la historia de la literatura. Pero no nos engañemos: llegar a ese nivel es gesta al alcance de sólo unos pocos bendecidos por los dioses. Los demás redactores se han de conformar con breves chispazos de genialidad, atacando diferentes aspectos clave de las sinopsis:

·         Meter todos los tópicos que puedas: sobretodo una secta, y un secreto que “cambiará el curso de la humanidad”.

·         Usar todos los adjetivos posibles que corten el aliento: os desafío a que perdáis tan solo diez minutos en una librería mirando sinopsis de thriller y encontréis las siguientes palabras repetidas menos de tres veces: aterrador, misterioso, enigmático, trepidante, peligroso, inquietante. Si lo lográis, me como el blog.

·         Acojonar al personal: Para esto basta con dos o tres preguntas inquietantes en la portada en plan ¿Qué terrible secreto esconde el papel de plata donde Jesucristo se envolvía el bocadillo? Algunos redactores suben un peldaño más y escriben amenazas de nivel, como en La Décima Clave, de Antonia Corrales. Atentos:

La Décima Clave es una novela, pero todo lo que en ella ocurre podría estar sucediendo ahora mismo”.

¡Joder! ¡Acojona, tronco, acojona! Parece escrito por el rapado de Está Pasando.

 

Luego existen aquellos redactores gandules que ya no saben qué inventarse y optan por un estilo telegrafista, como en La Conspiración de los Herejes, de Jonathan Rabb:

 

Asia Menor, siglo VI: La secta maniqueísta desaparece.

Bosnia, 1992: Pearse, un estudiante de teología, mantiene una intensa relación con una joven croata.

Roma, hoy: Un manuscrito codificado llega a manos de Pearse. Llevado por la curiosidad hace traducir el documento. El manuscrito contiene una oración maniquea: El maniqueísmo ha perdurado con el claro objetivo de eliminar el catolicismo e imponer una nueva fe.

 

¡Corred, católicos! Me pregunto qué pinta ahí la joven croata. Y sobretodo, me pregunto cómo llega el redactor a la conclusión de que el maniqueísmo ha sobrevivido con el claro objetivo de eliminar el catolicismo. ¡Si sólo ha encontrado una oración en un manuscrito! Parece que lo haya escrito un avezado conspirólogo como Jiménez Losantos.

 

En fin, amigos, ya veis todo lo que pueden dar de sí las dos tapas de cartón que encofran una novela. En este análisis hemos obviado un elemento clave: las portadas. Pero es que una portada, generalmente, o es buena, o es sosa, y por lo tanto menos risible. Cierto que hay algunos diseños de portada desconcertantes (comentaremos alguna en un artículo de próxima aparición sobre las peores editoriales del siglo XXI) y que algunas series, como todas las de Marian Keyes, parecen hechas a propósito para provocar ataques epilépticos, pero en general, el rey indiscutible de las Portadas Acojonantes es el género romántico duro… y de esto hemos hablado (y visto) ya bastante. Además, quien diga que no le gustan las portadas con maromos cachas descamisados, es que es un mamón.

 

A cuidarse amigos!

 

14 comentarios

Nuria -

Siento mucho que a la Sra. Corrales no haya terminado de gustarle tu tono y pero mira por donde si ha conseguido intrigarme y buscaré su novela para descubrir personalmente si la contra portada se corresponde o no con la calidad de lo escrito.
Yo soy una de "las chicas de la romantica" y que te voy a decir...nuestras contra portadas son lo mas absurdo del mundo. Da la impresión que si no nos ofrecen una maratón de sexo como desayuno, comida, merienda y cena, aquí estas lectoras, obviamos el libro en cuestión, cuando esa no es la razón principal de nuestra preferencia por el genero. No te voy a negar, que a una le gusta leer sobre proezas casi sobrenaturales de unos duques de ojos embrujadores, mentiría burdamente,jajaja, peerooo entre los millones de libros, mis preferidos no son precisamente esos. Ahora mismo, con este boom romántico que vivimos, tengo que reconocer que este tipo de escenas ha aumentado de manera vertiginosa y vertiginosa es la manera en que esa característica es destacada en portada y contra portada, con lo que si ya era duro poner sobre el mostrador tu libro con el macho-men de turno y la semi desnuda enamorada postrada a sus pies, ahora hay que añadir el entrecomillado..."La pasión le devora, pero antes de rendirse habrá de descubrir un terrible secreto"...¡toma ya!!!...encima aunan varios de los puntos destacados en el post...jajajaj

Antonia J Corrales -

Eoghan, gracias por tu respuesta, que es de lo más "explicativa". Sé que nada va en mi contra ni de mi obra, pero supe nada más leerte que no habías leído La décima clave. Hay reclamos que no se corresponden con las obras, con los productos, pero éste no es el caso. Eso fue lo que me resultó fuera de lugar, que se veía desde lejos que no le habías dado un vistazo. Si hubieses leído el Epílogo te darías cuenta de que no es exagerada, incluso, quizás, es algo flojita si tenemos en cuenta algunas declaraciones como la del físico e ingeniero nuclear Thomas E. Bearden, eso sin mencionar expedientes de organismos internacionales de peso. También los problemas que personalmente he tenido para recopilar información y la censura en las comunicaciones a la que he estado sometida en algún que otro momento. Miedo? si yo te contara fliparías. En el epílogo se dan datos corroborados, fechados y expedientados de los hechos reales que la obra novela. La obra no es sólo suspense y proyecto tecnológico, del cual me he dejado mucho, mucho en el tintero, hay literatura e historias personales y mucho más...también importante y revelador que no tiene nada que ver con el proyecto. Podría haberla hecho más técnica pero es una novela, y si lo hubiera hecho, entonces sí que daría miedo...Es más, hay un libro técnico sobre ello y uno de sus autores tiene tanto miedo que ya ni acepta entrevistas...
Y sí, tienes ingenio, y se nota que no es mala intención, pero no todos somos buenos entendedores. Sé que entiendes lo que quiero decirte :)
Bueno, señor de la perilla, seguiré leyéndole, porque su blog merece mucho la pena, pero si pone un pelín de ahínco merecerá mucho más jejeje.
Creo que tienes mi e-mail. Si quieres puedes escribirme. Te invito a pasarte por mi blog, que yo también tengo uno, de escritora, y de sensacionalista no tiene "na" de "na".

http://antoniajcorrales.blogspot.com/

Respecto a lo de publicar y que te lean, pues: no es tan fiero el león como lo pintan y, además, pocas veces caza.
Besos, muchos,
Antonia J Corrales

Eoghan -

Hola Antonia. El día que abrí el blog pensé "anda que como algún día un escritor mencionado aquí pase de casualidad, me va a caer la del pulpo". Jamás creí que ocurriera, pero aquí estás. Lo primero de todo, bienvenida. Lo segundo, supongo que te has dado cuenta de que la coña que hago con esa frase de La Décima Clave no va dirigida a ti, ni a tu novela como tal. Y tercero: es una coña, nada más. Calculo que a quien se le ocurriera se molestará muchísimo... pero en fin, todos nos encontramos con estas cosas en nuestro trabajo (yo ya he sido bautizado en público como "el inútil de la barbita" por una clienta sencillamente porque el libro que me encargó estaba agotado). Lo cierto es que en este blog sí hay mala leche, pero no mala intención. Me explico: no pretendo moralizar. Cojones, la mitad de las novelas que hay en mi casa os parecerían un horror a muchos de los que entrais por aquí! Quiero decir con esto que a mí me da igual qué lee cada cual, allá ellos, y allá yo.
No estoy en contra del thriller ("au contraire", si me gasto el dinero en un libro, aunque sea de bolsillo, por algo será) porque no estoy en contra de nada. Sólo me apetece hacer un poco de cachondeo de todo aquello que me parece hilarante en el mundillo. Es lo malo de los blogs: que cualquier capullo se cree con derecho a escribir lo primero que se le pasa por la cabeza. En este caso, yo.
No puedo decir nada sobre La Décima Clave porque no la he leído (no hay tiempo material para tanta novela por leer). Tampoco lo voy a hacer, aunque la lea, cosa probable ahora que me has picado la curiosidad. Pero sí que puedo felicitarte por haberla publicado. Creo que poder compartir tu literatura con todo el mundo debe ser una experiencia acojonante.
Para ir cerrando ya, que si no la respuesta será aún más larga que el post, querría aclarar también que no tengo nada en contra de los reclamos. Vamos, si algún bendito día publicara una novela, te puedo asegurar que diría amén a un reclamo por el estilo, o incluso más chungo! Sencillamente, es que cuando lo leí me recordó a la dramática voz en off del programa ese del Buscador de Historias. Y me pareció gracioso de narices. ¡Qué le vamos a hacer! En fin, que aquí mi única intención es reír (y aprender de vosotros, acabo de hacer un intensivo en novela romántica desde que un grupo de mujeres encantadoras cayó de casualidad en el post sobre el tema). Y si vosotros os reís leyéndolo, genial. Si no... lo siento!
En fin, un abrazo, la verdad es que es un orgullo tener a una autora por aquí (contigo ya van dos!) y no te tomes mis palabras más que como lo que son: un pasatiempo.

Javier

PD: Espero que jamás entren los autores de "Todo es infierno". Reconozco que ahí sí que me pasé y fui extra-vulgar, y lo peor de haberlo hecho es que la novela me gustó (y la recomendé!). Pero es que tenía cada una que me partía de risa en la cama.

Antonia J. Corrales -

Es evidente que tu bolg está lleno de ingenio. Pero también rebosa un pelín de mala baba, o mala leche, como prefieras. Curioso que siendo librero lances esas peroratas, sí o sí?: sí.
En referencia a lo que dices de la contra de "La décima clave", frase que yo no he escrito, te diré que no es para embadurnar de miedo al personal, sencillamente es así. No todo, pero sí prácticamente todo puede estar sucediendo y haber sucedido ya. Miedo? Quién dijo miedo? más bien habría que decir inquietud por lo que sucede a nuestras espaldas. Además, la culpa de gran parte de todo esto que tú critícas con tanta habilidad, porque todo hay que decirlo y reconocerlo, la tienen los medios y el público. La forma y manera de vender los productos ha cambiado mucho porque la gran mayoría quiere las cosas mascaditas y cuanto más sensacionalismo mejor, le pese a quien le pese así es. Creo que de esto tú sabes un poquito. Osease, que toda la culpa no es de los editores y mucho menos de los pobres escritores, sí, pobres porque ganamos una mierda y nos matamos a currar.
Mi novela no tiene sólo el misterio implícito de las novelas de suspense, va más allá, pero claro, si se lanza con reclamo, porque se lanza con reclamo y si no se hace pues ni dios lo mira.
En fin, que así son las cosas, siempre pagamos los mimos. Sólo queda la satisfacción del trabajo bien hecho. Bueno y París, siempre nos quedará París. ah! que tampoco, pues vaya vaina!
Besos,
Antonia J Corrales

JuanDelTrueno -

Im-presionante, como siempre.

Gracias por las panzás de reir que me pego cuando paso por aquí.
Para corresponderte, pásate por
http://obiwaneskenobis.blogia.com/
donde encontrarás mi lado más friki

Saludos

Eoghan -

Jajaja lo hiciste!!!! Ok, me veo obligado a mojar en el café con leche alguno de mis primeros posts, pero déjame decirte algo: si sumas todas las cantidades y haces la media aritmética... sale a 3,5 adjetivos inquietantes!!! ¿Lo dejamos en tablas?

Un abrazo Zetto.
Y un saludo a todos, Momo, me encanta tu nueva página, me alegro de verte.

ZeTTo -

Solo voy a decir:
aterrador,4 veces
misterioso,3 veces (casiiii)
enigmático,2 veces
trepidante,6!!
peligroso,5!!
inquietante, 1 vez

Resultado xD... ¿Te comes un par de post o algo? jajaja

Pilar -

Cómo me he llegado a reír!!!
Y qué ciertas son tus palabras!!
jeje sé que me repito, te dije más o menos lo mismo en mi anterior intervención, pero es que es genial.
Me encanta tu sentido del humor.
Gracias por compartirlo.

Un abrazo

Momo -

Me sigue gustando cómo sacas punta a la trastienda del mundo editorial.

Un beso de Dostospos’s, ahora Momo

PD: El otro día, en el curso que estoy haciendo con Mercedes Abad, vino Josep Maria Espinàs, y tiene algo que me recuerda a ti, será la franqueza en decir según que cosas.

V. -

Buenísimo. Este blog es todo un descubrimiento.

María -

Desternillante, pavoroso, alucinante...
Lo que me he reido, dios, y lo peor es que llevas más razon que un santo (aunque lo que es santo, no lo pareces mucho, ejem)
Un abrazo

Pablo -

Joder, macho, haces que me den ganas de irme a una librería a leer contraportadas. ¡Un nuevo jobi! Muchas gracias :D

Un abrazo.
Pablo.

Eoghan -

Ostia!!! Sí sí, si que lo fue. Pero es que además... me lo profetizaste a mí! Bueno a mí no porque yo ese día no estaba en la librería, se lo profetizaste al amigo Joan, que me cubría aquel día jajaja Dale un besazo a Elsa!!

Rafa ex-vendedor de Vía magna -

¡¡¡"El Testamento Maya"!!!
Una vez le profeticé a un tipo que sería un éxito de ventas... ¡Y lo fué! ¿Todavía se vende? ¡Qué ilusión!